miércoles, 18 de noviembre de 2009

Virgen Morena, Virgen Negra


Mañana, jueves 19 de noviembre, ofreceremos un concierto –como solemos hacer todos los años- en homenaje a Santa Cecilia, patrona de la música. Pero éste, al acabar el Año Jubilar, tiene una característica especial: D. Bernat Pomar i Pomar (autor de un reconocido método de violín para todas las edades), será el compositor e intérprete de las piezas. Ha preparado –con la emoción de un niño- el estreno que hemos titulado “Plegaria a la Moreneta de Lluc, por todos los negros y morenos del mundo”. D. Bernat tiene escrúpulos de que el título resulte excluyente, y preferiría otro más delicado: “Encuentro con mi hermano moreno y con mi hermano negro”. Yo lo tranquilizo, diciéndole que el título incluye a los marginados y excluidos de todos los pueblos del mundo.

¿Por qué es negra la Virgen de Lluc?
Ya se han hecho demasiadas disquisiciones galantes sobre el color de la Virgen de Lluc, inspirándose siempre en la Moreneta de Montserrat. Un claro exponente sería el poeta nacional Jacint Verdaguer (autor, al mismo tiempo, de Cançó dels segadors: Lo blat es ros / com Vos, / hermosa Moreneta y de Moreneta en sou: Moreneta en sou, / moreneta y rossa). Testigo, también, las cuatro Corones Poètiques dedicadas a la Virgen de Lluc con diversas alusiones al color de la Virgen. Pero planteémonos el tema en serio, por encima de todo folklorismo (Hagamos caso, por un momento, al cáustico Josep Pla, que escribe en su Quadern gris: “Quan penso en la dolçor exquisida, en la morenor suavíssima, de mossèn Riber quan surt de la barberia!”).

¿Eran originariamente blancas o morenas estas imágenes? ¿Cuándo pasaron de blancas a morenas y de morenas a negras?
Dejando aparte otros estudios más eruditos, recojo la síntesis que hacía X. Barrar i Altet en El Temps nº.63 hace ya ocho años (15-21 maig 2001): “Continúa habiendo muchas teorías referente al porqué de las vírgenes negras. Para algunos, la imagen se ennegreció debido al humo de las velas o por accidentes en el mantenimiento; para otros, es fruto de una decisión voluntaria tomada a partir de finales de la edad media. La explicación más erudita apela al Cantar de los Cantares... La joven campesina introducida en los apartamentos reales, se excusa de tener la cara oscurecida por el sol. A veces se ha mal interpretado este pasaje, ya que un cuerpo y una cara de chica morena, bronceada por el sol, no ha sido considerado nunca como un signo de belleza o de cuidada estética hasta hace muy poco, en el siglo XX. Antes, el canon femenino, la distinción y la belleza estaban más bien asociadas a la blancura. Ser morena era sinónimo, para una mujer, de pobreza y sencillez. Podemos pensar que las vírgenes morenas hicieron un acercamiento, por el camino del color, a la gente del pueblo, a los más humildes”.
Yo quiero reivindicar aquí el título para la Moreneta de madre de todos los negros y morenos del mundo.
Y esto significa: “Estoy con los negros”, como escribía D. Luis Mª. Ansón: “Vosotros los sin albergue, vosotros los sin arroz, vosotros todos los que no tenéis nombre, a los que se reconoce por las llagas de las caderas, descargadores de barcos, o por las llagas del hombro, obreros del puerto… No puedes, negro agredido, negro insultado, escarnecido negro, náufrago de patrias, trabajar en las naciones europeas que te explotaron durante siglos… Pero sí puedes saltar a los estadios deportivos con los colores de los antiguos amos que te tuvieron, te tienen todavía, de hinojos ante el rebenque; sí puedes vestir el uniforme del ejército yanqui…” (El Cultural, 26/10/2006 p.3)

Indígena americana
En América se veneran muchas vírgenes negras, y la más famosa es la Guadalupana (Virgen Morena, vestida de cosmogonía indígena, de parte de la causa de los inditos) contendiendo con la Virgen de los Remedios (Virgen Blanca, Generala de los ejércitos españoles).
En Perú, los sacerdotes diocesanos que atendían la Parroquia de San Juan Maria Vianney de Magdalena del Mar, en Lima, propagaron también la devoción de la Virgen de Lluc. En la red, pueden encontrar unas Coplas a la Virgen Morena de Lluc (1989) que le dedicaron. En un pueblo sacudido por la violencia como pocos, le piden un evangelio encarnado y una pastoral que trabaje por la paz, el amor y la justicia:
Eres leyenda de un pueblo / y del corazón mallorquín;
Virgen Morena, / que un día quisiste
habitar en los montes de Lluc.
Ave María de Lluc, / Ave María, Ave María, / Ave María de Lluc.

Madre de todos los hombres, / ¡oh Santa María de Lluc!,
sé nuestra Madre / y habita en nosotros,
y vive en la plegaria / y la oración.

Haz que por tu intermedio / se agiten banderas de paz,
se abran caminos / de amor y justicia,
y se fortalezca la oración.

Madre, que de tus entrañas / nos diste a Jesús redentor,
Virgen Morena, / despliega tu manto
y haz tuya esta tierra del Perú.
(Letra y música: Lara Ceroel)

Mulata en el Caribe
El Caribe es mestizo y mulato. Un pueblo crucificado, que sufre y canta. “¡Alguien puso en las Antillas tanta miel para su mal!” “Por mi herida de hombre sale un niño cantando”, ha escrito don Manuel del Cabral (SD 1907-1999) que, junto con el cubano Nicolás Guillén, son los padres de la “poesía negra”.
“Ellos no tienen lecho,
pero sus manos son las que hicieron nuestras casas.
Ellos comen cuando pueden
pero por ellos comemos cuando queremos.
Ellos son zapateros
pero están descalzos.
Ellos nos visten
pero están desnudos.
Ellos son los dueños del aire
cuando manejan alas,
mas son los limosneros del aire de la tierra”.
Ellos, son los negros, los mulatos, los trigueños, los indios.
En el Caribe llevan 50 años los Misioneros de los Sagrados Corazones, muchos de los cuales fueron blauets en Lluc y maduraron como hombres y misioneros en el Santuario de la Moreneta. Por donde pasaron, levantaron capillas a su Virgen Morena y hay una agrupación de mallorquines que la honra anualmente. Yo (que viví 25 años allá) tuve el encargo de traducir el Avemaría de Lluc para aquella cultura mestiza y mulata. Una misma Fe, una misma Virgen, un mismo Evangelio, una misma Esperanza de Liberación, con una misma Canción.
Mallorca dichosa / guardaba una flor,
entre la alta sierra / de Lluc floreció.
Ave María!

La flor es la Virgen / de color trigueño,
mar mediterráneo / o mar caribeño.

Como las morenas / tostadas al sol,
fuertes como piedra, / tiernas como arroz.

En el brazo un Niño / que es Verbo de Dios,
nombre de Evangelio / de liberación.

“La Mare de Déu de Lluc / l’estim perquè és moreneta!”
Confieso –cerrando ya el post- que éste es el grito, la jaculatoria que más me ha impresionado en la vida. Guillem Fullana i Hada d'Efak, hijo de padre mallorquín y de madre africana, literato y cantautor (Río Muni, Guinea Ecuatorial, 1929 - Manacor, 1995). Conocido por su nombre artístico, Guillem d’Efak nos ha dejado una canción dedicada a la Moreneta en el disco que se grabó con motivo del Centenario de la Coronación (1984), y que se titula “Lluc i el Poble:
“Per pujar a Lluc a peu”.
La Mare de Déu de Lluc / l’estim perquè és moreneta,
més que sa nostra Roqueta / que estimar-la més no puc.
Vos trobaren dins sa cova / de la Serra mallorquina.
dels ulls de tots sou sa nina, / per això, a qui no us estima
bona vela i barca nova!

“¡La quiero porque es morena!” como yo, sin más, madre de todos los negros y marginados del mundo. Esta tonada popular, creada para la ocasión, fue la última canción que grabó (¿premonición o casualidad?). El cantante murió, años después, en la Clínica que llevaba el nombre de la Moreneta (Verge de Lluc de Palma), la niña de sus ojos. (Cfr. Bartomeu MESTRE (1997) Balada de Guillem d’Efak. Palma. Eds. Documenta Balear).
Otro día trataré cómo la Virgen se hace africana en África. Pueden ver aquí la famosa canción Virgen Morena a la Virgen de Guadalupe.

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