+ Llamado a nuestras
familias. Fue llamado en el
seno de una familia de Betsaida que vivía de la pesca. Conocemos a su padre el
Zebedeo, a su madre que se mojó para pedirle a Jesús un enchufe para sus hijos,
a su hermano Juan, incluso a sus amigos Simón y Andrés. Seguramente estaba
casado, aunque no sabemos más que lo que dice Pablo: “todos los apóstoles
tienen una hermana que los cuide menos yo y Bernabé”. Todo lo deja por el
Señor.
+ Un carácter violento. Jesús los llamó “los hijos del Trueno, los rayos”. Parece
que estuvo relacionado con el ambiente mesiánico del Bautista que anunciaba un
mesías con hacha y fuego. Él mismo y Juan pidieron a Jesús que mandara fuego
del cielo sobre una ciudad samaritana que no los quiso acoger. Tuvo que
suavizar su carácter violento.
+ Ambicioso. Se atrevió a pedir los primeros puestos de gobierno
para él y su hermano. Los otros apóstoles se enemistaron por ello, y Jesús
reprobó su ambición: “No sabéis lo que pedís. No seáis como los gobernantes de
este mundo, ambiciosos, el que quiera ser el mayor que se haga el último”.
+ Del grupo de íntimos
de Jesús. Lo acompañó en los
momentos más importantes: Resurrección de la hija de 12 años de Jairo,
transfiguración en el Tabor, agonía de Getsemaní. Aunque se durmió y no tuvo la
valentía de seguirlo en el calvario como su hermano Juan.
+ Generoso hasta el
extremo. “Podéis beber el
cáliz que yo he de beber y ser bautizados (purificados) en una muerte como la
mía? Sí, que podemos”. Fue el primer apóstol mártir, sin aspavientos, sin
declaraciones, pero por algo lo debieron suprimir a él el primero. “Creí, por
eso hablé; por eso viví; por eso di la vida”.
+ Ha tenido mucha
devoción. Su tumba en
Compostela ha sido lugar de peregrinación tan famoso como la de Jesús en
Jerusalén o la de Pedro en Roma. En España se le venera como el primer
predicador del evangelio. En la edad media se le veneró como vencedor de moros
(Batalla de Clavijo), Capitán Trueno cortador de cabezas de moros. En la guerra
civil, vencedor de rojos. Hoy ha vuelto a cobrar mucha actualidad como foco de
peregrinación, meta del Camino de
Santiago (que nos pone en camino, en relación con toda clase de gentes de
otras lenguas y religiones, en contemplación del arte y la naturaleza, en
sintonía con la herencia de los antepasados). Nos pone a caminar en el
seguimiento de Jesús. Buscando la misericordia y el perdón, que tan reiteradamente nos ofrece el papa
Francisco, de manera especial el próximo año en el Jubileo.
+ El primer apóstol
mártir,
nos vuelve a poner en actitud de martirio. A todos nos puede llegar el momento
de una manera u otra. Martirio de sangre,
como llega hoy a tantos cristianos católicos, protestante, ortodoxos, caldeos;
obispos y curas, monjes y monjas, hombres y mujeres laicos, niños y adultos,
practicantes religiosos y solo porque fueron bautizados en la infancia. ¿Eres
cristiano o apostatas de Cristo?.- “Martirio
por el rechazo social, por una vida honrada que huye de la corrupción”. ¿No
sabes que todos lo hacen? ¿No ves que ser cristiano ya no aporta beneficios? ¿Te
vas a privar por la religión? ¿Todavía estás en estas cosas?
Que Santiago apóstol nos
ayude a seguir al Señor, a ser fuertes en la fe, a propagarla en nuestra
familia y en nuestro vecindario, a dar la vida por él.