miércoles, 23 de noviembre de 2011

500 años del Sermón de Montesinos: Organización y Defensa (IV)

Una vez que los dominicos comprendieron que la suerte estaba echada y los indios "habían de perecer en breve, como en realidad perecieron", aprestaron su organización y defensa.

Lograron modificar y suavizar algunas leyes. El P. Córdoba consiguió licencia para pasar a Venezuela, pero fracasó su proyecto de "predicar a aquellas gentes sin estorbo de los españoles". Los indios, en represalia, asesinaron a los misioneros. En una Carta al Rey se lamentaba de que la evangelización no pudiera separarse de la espada, porque entonces "pienso que se pudiera en ellos fundar, quasi tan excelente iglesia, como lo fue la primitiva" (Carta del 8. 5. 1517, en Doctrina Cristiana y Cartas. BCD. Santo Domingo, 1988, p. 158).

En 1516 lo volvieron a intentar en una nueva misión en Santa Fe. Bartolomé de las Casas fue la figura más señera en la defensa del indio, y de la que habría mucho que hablar en otros posts.

"La voz de Montesinos, porque era palabra de porvenir, encontró eco sonoro en Francisco de Vitoria, Dominico también, el más auténtico padre del Derecho de Gentes, autor de las Relectiones de Indis, obra que en el pensamiento humanista es la más rotunda y bella defensa de los derechos y deberes de la convivencia entre los pueblos. Tras Vitoria se sucedieron Francisco Suárez, Fernando Vásquez Menchaca y otros tantos, llamados a profundizar las doctrinas jusnaturalistas de la Escuela Hispánica del Derecho de Gentes... Y llegó entonces Hugo Grocio, quien le imprimió una factura laica y lo puso al servicio de las libertades que precisaba al capitalismo para ensanchar su horizonte y hacerlo universal. Contra la tesis del Mare Clausum, contra el monopolio de mares y tierras, se opuso la idea del Mare Liberum, de la libertad de comunicación y de la libertad de comercio. ¡Ya estaban ahí los nuevos tiempos!" (S. Jorge Blanco en la inauguración del monumento de Montesinos en S. Domingo, 12.10.1982).

Promoción liberadora

Juan Pablo II, al inaugurar la celebración de los 500 años en Santo Domingo (12. 10. 84), dijo: "... Ellos realizaron su tarea con libertad e intrepidez, sin cálculos sugeridos por astucias humanas. Por ello predicaron en toda su integridad la Palabra de Dios. Sin ocultar con el silencio las consecuencias prácticas que derivan de la dignidad de cada hombre, hermano en Cristo e hijo de Dios. Y cuando el abuso del poderoso se abatía sobre el indefenso, no cesó esa voz que clamaba a la conciencia, que fustigaba la opresión, que defendía la dignidad del injustamente tratado, sobre todo del más desvalido.

Pero la labor evangelizadora, en su incidencia social, no se limitó a la denuncia del pecado de los hombres... Por su parte, en la labor cotidiana de inmediato contacto con la población evangelizada, los misioneros formaban pueblos, construían casas e iglesias, llevaban el agua, enseñaban a cultivar la tierra, introducían nuevos cultivos, distribuían animales y herramientas de trabajo, abrían hospitales, difundían las artes... Cerca de cada iglesia, como preocupación prioritaria surgía la escuela para formar a los niños".

No se puede separar la evangelización de la lucha por la justicia, de la promoción y de la construcción de la paz. Un profetismo encarnado en las obras.

Recursos: Actualidad del sermón de Montesinos

¿Qué vamos a aprender de nuestra historia? ¿Qué consecuencias sacamos para hoy? Comentemos unos fragmentos del artículo de Víctor CODINA sj “El grito de Montesinos, ayer y hoy” Christus 786 (octubre 2011) 18-21, México)

“Han pasado 500 años, el contexto histórico, cultural, económico y político de América Latina ha cambiado. Pero desde América Latina sigue llegando al cielo el clamor de los indígenas y afroamericanos, de los campesinos, de las mujeres, de los mineros, de los niños, de los ancianos que piden justicia, dignidad, salud, trabajo, educación, libertad, respeto a sus culturas, el derecho a la tierra y al territorio, el poder “vivir bien”, una vida digna de seres humanos. Ya no es el imperio hispano-luso, son las multinacionales, las estructuras económicas neoliberales, los intereses del mercado…

También han surgido en estos últimos años voces proféticas, verdaderos defensores de los indios, Santos Padres de América Latina, como Proaño, Méndez Arceo, Laguna, Samuel Ruiz, Helder Cámara, Lorscheider, Pironio, Silva Henríquez, Romero, Angelelli…los documentos de Medellín y Puebla, la teología de la liberación, las comunidades de base, la vida religiosa inserta entre los pobres auspiciada por la CLAR…También ha habido reacciones del imperio de turno, ha habido mártires en todos los sectores de la Iglesia, desde obispos, s

acerdotes, religiosos y religiosas a campesinos, catequistas, indígenas, mujeres y niños, gente del pueblo.. Los sucesores de Fernando el Católico, el “sistema” no admite críticas ni cuestionamientos, nunca perdona ni olvida. La pasión de Jesús sigue presente y actual en el pueblo sufriente, en “los crucificados de la historia”.

Pero lo más doloroso ha sido que también desde las instancias eclesiales ha habido incomprensiones, críticas, condenaciones y descalificaciones, a obispos, teólogos, comunidades de base, vida religiosa inserta, la CLAR, se ha frenado a los ministerios de los diáconos indígenas…

Algo nuevo está naciendo

La historia nunca se repite, el contexto político, social y eclesial ha cambiado profundamente, no sólo desde tiempos de Montesinos sino también desde el final del siglo XX. Bastan algunas pinceladas impresionistas.

Vivimos en un mundo post-marxista y post-moderno. En América Latina ya no estamos en los años 80, las dictaduras han dado paso a democracias, surgen algunos gobiernos de corte popular, que en medio de mil contradicciones y ambigüedades, buscan revertir la situación de pobreza y discriminación del pueblo. El continente olvidado ahora es África que también ahora comienza despertar.

Emerge en el mundo globalizado de hoy una gran crisis económica, energética, ecológica y civilizatoria. Ha caído el muro de Berlín, pero también han caído las torres gemelas de Nueva York. El modelo económico actual naufraga, a pesar de sus continuas reflotaciones. Los desastres ecológicos son señales de alerta roja. Chernobyl y Fukushima simbolizan la crisis energética y los peligros de querer ser aprendices de brujo. Estamos ante un cambio de época, de paradigma, los terremotos y tsunamis no son sólo desastres telúricos, sino que simbolizan la crisis de toda una civilización moderna y técnica, orgullosa de su progreso.

A nivel eclesial también hay terremotos y tsunamis. Después del carácter claramente restauracionista de los últimos pontificados y a pesar de grandes concentraciones masivas religiosas y de los show mediáticos que parecen insinuar que nada pasa, la barca de Pedro se zarandea en una crisis que desde el tiempo de la Reforma no se había visto. Los escándalos sexuales son sólo la punta del iceberg de una profunda crisis, algo huele a podrido…La cristiandad ha explotado aunque su agonía sea lenta. Jóvenes y mujeres abandonan silenciosamente la Iglesia. En América Latina los representantes oficiales de la Iglesia ya no son, como en tiempo de Montesinos, la voz de los sin voz, pues los pobres y los indígenas ya tienen voz propia. Muchos piensan que la teología de la liberación ya ha muerto. A Roma ahora la preocupa sobre todo la teología asiática del diálogo inter-religioso.

En medio de esta caótica situación mundial y eclesial, en medio de esta crisis, en esta noche oscura, hay signos apocalípticos de que algo nuevo está naciendo, hay nuevos sujetos emergentes en la sociedad y en la Iglesia: jóvenes, pobres, indígenas y afros, mujeres. Se escucha el grito de que “otro mundo es posible”, también de que “otra Iglesia es posible”.

Como en los orígenes de la creación, en medio de la noche y del caos reinante, el Espíritu genera vida (Gn 1,2) y hace nacer un mundo nuevo, diferente. Este caos anuncia dolores de parto de la creación (Rm 8,20), los centinelas divisan que los almendros comienzan a florecer en medio del invierno mundial y eclesial. El Espíritu del Señor está activo, estos signos de muerte son preludio de resurrección, la piedra del sepulcro comienza a removerse, las mujeres son las primeras en darse cuenta y en creer en la resurrección (7).

En este nuevo contexto el grito de Montesinos también vuelve a resonar de nuevo: “¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño letárgico dormidos? Tened por cierto que en el estado que estáis no os podéis salvar”. Es necesario cambiar de rumbo, despertarnos, tomar conciencia de que algo nuevo está naciendo (Is 43, 19), porque, hoy como ayer, el Señor quiere hacer todas las cosas nuevas (Apoc 21,5). En América Latina todavía estamos en tiempo de Adviento…”

martes, 15 de noviembre de 2011

500 años del Sermón de Montesinos: Denuncia profética (III)

Hemos visto que para hacer una Evangelización honesta, sincera y que fuera Buena Noticia para los indígenas explotados, los dominicos empezaron con el Análisis de la Realidad. De valor inestimable para la comunidad dominica fue la conversión de Juan Garcés. Este era un vegano, español de los que habían colaborado en la matanza de indios y que, después de andar huido por el asesinato de su esposa, se refugió en la religión y fue admitido en la Orden. Testimonio tan directo animó a los frailes a decidirse "para impugnar el principio, el medio y el fin de aquella horrible y nueva manera de tiránica injusticia".

Imaginaban el escándalo que "había de ser despertar a personas que dormían en tan profundo y abismal sueño". Pero no les movía otra cosa que la honra divina y el celo apostólico. Tras madura reflexión, pasaron a "predicarlo públicamente en los púlpitos".

"Los más letrados entre ellos, por orden del prudentísimo siervo de Dios fray Pedro de Córdoba, su vicario, acuerdan el primer sermón que debía predicarse acerca de la materia. Lo firmaron todos con sus nombres para que apareciese proceder no sólo del que hubiera de predicarlo sino del parecer, deliberación, consentimiento y aprobación de todos".

Antonio de Montesinos fue el elegido. "Tenía el don de predicar. Era muy áspero en reprender vicios, y sobre todo eficacísimo en sus sermones y palabras. A él, como a muy animoso, le encargaron el primer sermón de esta materia tan nueva para los españoles de la isla. Aunque la novedad no era otra sino afirmar que, matar estas gentes era más pecado que matar chinches".

Tomando pie del tiempo litúrgico de adviento, comparó la conciencia de los cristianos españoles con la esterilidad de un desierto, pues que no advertían los pecados gravísimos cometidos a diario.

DENUNCIA PROFETICA

"Para dároslo a conocer me he subido aquí, yo que soy voz de Cristo en el desierto de esta isla... Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigado... ? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine... ? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened, por cierto, que en el estado en que estáis no os podéis salvar más que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo" (Sermón del 21 Diciembre 1511).


Oyendo el sermón "les parecía que ya estaban en el Juicio Divino". En un año la comunidad había pasado de la predicación de la gloria a la del infierno prometido. La valiente denuncia "a todos dejó atónitos; a muchos, como fuera de sentido; a otros, más empedernidos; y a algunos, algo compungidos, pero a ninguno convertido".

Ante las airadas protestas de los colonos, Pedro de Córdoba reafirmó que el sermón se había hecho "después de muy bien mirado y conferido entre ellos y con mucho consejo y madura deliberación". No temían la expulsión, pues su equipaje pudiera "quizá caber todo en dos arcas". Y añadió que en adelante negarían la absolución sacramental a todo el que tuviera indios encomendados.

Los colonos recurrieron al ardid de enfrentar frailes contra frailes. Enviaron al superior de los franciscanos fray Alonso de Espinal para que desacreditara a los dominicos ante la corte española.

Estos respondieron a su vez, enviando a Montesinos. "Partieron cada uno en un navío diverso, el uno con todo el favor del mundo; el otro, desfavorecido de todos, pero puesta su confianza en Dios".

El rey convocó juntas de juristas y teólogos. Los pleitos fueron innumerables. Los dominicos enviaron a fray Pedro de Córdoba en persona para que se explicara ante su provincial y ante el rey, y respaldara a Montesinos.

Mirando los resultados, podemos decir que los dominicos fueron importantes en la teoría -que se consolidó y difundió-, pero ineficaces en la práctica. Los indios no se pudieron salvar. Y, sin embargo, se consiguió algo invalorable: Transmitir desde los orígenes de la evangelización un rostro de Dios defensor de los oprimidos y de una Iglesia continuadora de la causa de Jesús.

RECURSOS: Una mirada actual al Sermón de Montesino

Los Obispos Dominicanos escribieron un magnífico Mensaje (27.2.2011) que actualiza el sermón de Montesinos. Veamos algunos fragmentos:

“Este Sermón cambió el destino de América, dio inicio a la lucha contra la opresión y el exterminio de los pueblos aborígenes del Nuevo Mundo. Desde entonces, Fray Antón Montesino es símbolo de la defensa de la justicia y de los derechos humanos. La dignidad de la persona humana es lo que está en la base de nuestro Sermón. “Ese profundo estupor respecto al valor y a la dignidad del hombre se llama Evangelio, es decir, Buena Nueva. Se llama también cristianismo” afirmaba Juan Pablo II”.

“Una voz clama en los nuevos desiertos de nuestra República Dominicana y nos pregunta ¿con qué derecho y con qué justicia tenemos a nuestro pueblo en tal cruel y horrible servidumbre?:

• ¿Con qué justicia se mantiene en la insalubridad a poblaciones enteras de nuestros campos que con un poco de ayuda y asistencia técnica harían ellos mismos sus propios sistemas de almacenamiento y distribución del agua potable?

• ¿Con qué justicia permitimos a una inmensa población que viva sin condiciones sanitarias en sus viviendas?

• ¿Con qué derecho se mantiene a una población dominicana, que se estima más de 20% sin declarar?

• ¿Con qué derecho…, podemos permitir que hayan personas analfabetas, sin el derecho a saber leer y escribir?

• ¿Con qué justicia se consiente que nuestros hermanos vivan en casas indignas, construidas en las riveras de ríos y cañadas?

• ¿Con qué justicia se tolera que jóvenes no tengan oportunidad de educación?

• ¿Con qué derecho se permite que niños y niñas deambulen por las calles, sin ningún tipo de protección?

• ¿Con qué justicia se permite que mujeres, niñas y niños sean abusados, maltratados y explotados?

• ¿Con qué derecho permitimos que empresas foráneas realicen sus acciones comerciales sin que se respeten nuestras leyes que protegen la naturaleza?

Hoy también el profeta nos pregunta ¿con qué autoridad hemos hecho estas detestables guerras?:

• ¿Con qué autoridad el Estado propicia que se siga llenando el País de bancas y todo juego de azar?

• ¿Con qué autoridad se permite que se asignen sueldos de lujo, cuando hay tantos salarios de miseria?

• ¿Con qué autoridad se aprueban salarios injustos?

• ¿Con qué autoridad se excarcelan criminales ricos, narcotraficantes y poderosos?

miércoles, 9 de noviembre de 2011

500 años del sermón de Montesinos: Análisis de la realidad (II)

Cuenta el P. Las Casas que, al poco tiempo de estar aquí, "ya los religiosos de Santo Domingo habían considerado la triste vida y aspérrimo cautiverio que la gente natural de esta isla padecía... Viendo, mirando y considerando, por muchos días, lo que los españoles hacían a los indios... los religiosos comenzaron a juntar el hecho con el derecho, como hombres espirituales y muy amigos de Dios, y a tratar entre ellos de la fealdad y enormidad de injusticia nunca oída".

Su contacto con los oprimidos les suscitaba preguntas muy inquietantes: “¿Estos no son hombres? ¿Con estos no se deben guardar y cumplir los preceptos de la caridad y de la justicia? ¿Estos no tenían sus tierras propias y sus señoríos? ¿Nos han ofendido en algo? ¿No estamos obligados a predicarles la ley de Cristo y a trabajar para convertirlos? Pues, ¿cómo siendo tantos y tan innumerables gentes las que había en estas islas, según dicen, han perecido tan cruelmente en tan breve tiempo, que es obra de quince o dieciséis años?"

Su formación tomista les proporcionaba los mejores recursos para profundizar el análisis: "¿Pero tenía el Papa potestad para hacer la donación? ¿Era legítima la soberanía de la Corona de Castilla sobre aquellas tierras y sus riquezas? ¿En virtud de la donación del Papa? ¿Por el hecho de ser príncipes cristianos y los nuevos pueblos ser infieles? ¿En virtud de qué principios se les podía declarar la guerra? ¿Con qué derecho, con qué justicia y autoridad?" (Charria Angulo, 50-51).

Fray Pedro de Córdoba abre su Doctrina con estas palabras: "Muy amados hermanos, sabed y tened por muy cierto que os amamos de mucho corazón, y por este amor que os tenemos tomamos muy grandes trabajos, viniendo de muy lejanas tierras y pasando grandes mares, poniéndonos a muchos peligros de muerte por veniros a ver y por deciros los grandes y maravillosos secretos que Dios nos ha revelado... "

Las cartas que los dominicos mandaron a Castilla y las innumerables obras del P. Las Casas son exponente de este análisis de la realidad, hecho con "mucho corazón". Las Casas subraya: "Son cosas que yo vi... Yo, con mis propios ojos, he visto... Yo soy testigo porque me escapé de la muerte... "

Luego no quedaban en postura de buen samaritano, sino que se planteaban muchos interrogantes hasta averiguar las causas de "esta aspérrima servidumbre".

Método de conversión

Los dominicos aplicaron el mismo método de "análisis de la realidad" en la concientización crítica de otros predicadores más ingenuos. Así, por ejemplo, "convirtió" Montesinos al franciscano fray Alonso de Espinal, enviado a la corte para enfrentar "frailes contra frailes".

Fray Antón buscó a este "celoso y virtuoso religioso pero no letrado" y lo encaró con una batería de preguntas similar a la que usaban para ellos: "¿Vos buscáis otros bienes más que servir a Dios? ¿Por qué os enfrascáis con esos tiranos? ¿Vos no veis que os han tomado por cabeza de lobo, para sustentarse en sus tiranías? ¿Por qué estáis contra aquellos tristes indios desamparados? ¿Vos no habéis visto mejor que yo las detestables crueldades... ? ¿Por qué, padre, queréis perder tantos años en los que habéis traído a cuestas ese hábito en tantas penitencias y religión, por algo con que no echáis nada en vuestra bolsa, sólo agradando, con los ojos cerrados, a los que no se hartan de beber sangre humana, no viendo el daño tan manifiesto que hacéis a aquellos desventurados... ? Tornando en sí -pues al fin y al cabo era un buen religioso y pecaba sólo por ignorancia- le dijo fray Alonso: Padre, os agradezco la caridad que me habéis hecho en alumbrarme. Yo he andado engañado... Respondióle: Padre, en todas vuestras obras, pareceres y palabras defended de esta y esta manera a los indios. Y estad siempre contra esos españoles pecadores... " (Historia de las Indias III, cap. 7).

Desde entonces los dominicos y los franciscanos de la isla trabajaron unidos en la evangelización.

Informar bien al Papa

"... a restitución nos parece que deben vuestras reverencias, con mucha diligencia, dar manera como el Sumo Pontífice sea informado de todas las cosas que han pasado en estas islas e tierras, desde que se tomaron, que no podrá ser corta, sino muy larga, la tal información, si ha de ser suficiente: y aún nos parece que no bastarán por escrito, sino que sería menester una persona o dos que tuviesen experiencia larga de las cosas de acá, y las supiesen muy bien, para que aquellas voces, viva voce, informase a Su Santidad, y le respondiesen a lo que cerca de la materia Su Santidad preguntase, que serán hartas cosas, lo cual no podrá hacer la letra scripta: para que siendo Su santidad muy bien informado, remediáse a los unos e a los otros, cristianos e indios" (Carta dirigida a los PP. Jerónimos).

RECURSOS

Fr. Felicísimo Martínez, O.P. pide que apliquemos nosotros el mismo método que usaron los dominicos, pues es ” verdadera parábola o metáfora de lo que debe ser la relación entre la comunidad eclesial y la predicación del Evangelio”.

1. El comienzo de aquella historia que llevó hasta la predicación de Montesinos no fue una inspiración divina. Fue, más bien, una lectura seria de los signos de los tiempos (valga el anacronismo) y un golpe fuerte de compasión. De seguro que aquellos religiosos escucharon los gritos directos de las víctimas, pero también escucharon a los testigos de tanta injusticia y tanta crueldad (p.ej. de Juan Garcés, que tras asesinar a su esposa hizo penitencia por los montes tres o cuatro años.)

2. Aquella contemplación nació de un ejercicio de fe y desembocó en un ejercicio de compasión, en una compasión reactiva. No es lo mismo echar sermones que predicar. Sin la compasión la predicación se convierte en una profesión, que se aprende con entrenamiento y se ejercita con rutina. ¿Nos conduce a algún sitio dicha compasión? Si nos conduce a ningún sitio, cabe dudar de su autenticidad.

3. Quizá sea el rasgo más peculiar de aquella comunidad y de aquella predicación. Y quizá sea uno de los desafíos que tienen hoy las comunidades cristianas: devolver a la predicación su carácter esencialmente comunitario, que es mucho más que preparar la homilía en común, aunque esto tenga su importancia. El predicador fue Montesinos, pero la predicación fue el resultado de una deliberación comunitaria. Estudio de la Palabra de Dios actualizada y contextualizada: ¿qué nos dice hoy, aquí y ahora? Todos lo firmaron con sus nombres para que quedara claro que no era sermón de quien lo había de predicar sino que “era de parecer y deliberación y consentimiento y aprobación de todos” (Historia de las Indias, III, 3). El mensaje que predica Montesinos no es su mensaje, sino el mensaje evangélico orado, estudiado, discernido por toda la comunidad.

4. Su predicación está acreditada y respaldada, no sólo por la buena conducta moral de sus miembros –que no es poco-, sino también y sobre todo por la vida evangélica de toda la comunidad:El cultivo de la experiencia de Dios. La pobreza evangélica. La fraternidad

Hoy, para que la Iglesia sea creíble, debe incorporar en todos sus ministerios la causa de la justicia, la paz, los derechos humanos de todas las mayorías y minorías que padecen la violación de los mismos. Andar en esas causas no es hacer política; es hacer Evangelio, es sacar las consecuencias públicas y políticas del mensaje evangélico que predicamos. Con razón afirmaba Pablo VI que la justicia es hoy el nombre de la caridad universal.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

500 años del sermón de Montesinos: Primera Evangelización ¿? (I)

El próximo 4 de Diciembre 2011 se cumplirán 500 años del Sermón de Montesinos. A esta famosa homilía dominicana (”primer grito de defensa del mundo indígena” en Santo Domingo, adviento de 1511) vamos a dedicar el comentario de los cuatro domingos de noviembre.

“Yo creo que hay dos preguntas de fondo. Una de carácter histórico, pero sumamente ilustrativa: ¿qué tipo de comunidad produjo aquel tipo de predicación? O ¿qué tipo de predicación produjo aquel tipo de comunidad? Y la segunda, de carácter más histórico y hasta ético: ¿en qué nos ilustran aquella comunidad y aquella predicación hoy, y a qué nos desafían en este mundo global? La comunidad dominicana de la Española es toda una parábola de la relación entre la comunidad y la predicación del Evangelio. Pero, sobre todo, es una parábola del puesto que debe desempeñar la defensa de la justicia en el ministerio de la evangelización”( Felicísimo Martínez, O.P.).

0. La bibliografía que podemos consultar es abundante. Yo usaré básicamente mi libro Reynés, J. Historia de la Salvación desde América Latina. Ed Amigo del Hogar-Paulinas, ps. 182-191 y el Mensaje de los Obispos Dominicanos CED, “500 años en defensa de la Dignidad Humana” (27.2.2011).- Para ampliar pueden consultar: Martínez, F., “El Sermón de Montesinos (Comunidad, Predicación y defensa de la Justicia)"; Charria, B., Primera comunidad dominica en América, defensora del indígena. CELAM. Bogotá, 1987; Medina, M. A., Una comunidad al servicio del indio. La obra de fray Pedro de Córdoba. Instituto Pontificio Teológico. Madrid, 1983; Las Casas, B., Historia de Indias en Obras escogidas de Fr. Bartolomé de Las Casas. B. A. E., t. I-II; Pérez, J. M. ., Estos ¿no son hombres? Fund García Arévalo. Santo Domingo, 1984.

1. La Primera evangelización ¿fue Buena o Mala Noticia?

A comienzos de septiembre del año 1510 "la Divina Providencia trajo la Orden de Santo Domingo a esta isla (Española), para lumbre de las tinieblas que en ella entonces había... " La primera expedición estaba compuesta por fray Pedro de Córdoba, fray Antonio de Montesinos, fray Bernardo de Santo Domingo y el Hermano fray Domingo de Villamayor. Todos castellanos.

Pedro de Córdoba, el superior, contaba sólo 28 años, y era "hombre lleno de virtudes, a quien Dios nuestro Señor dotó de muchos dones y gracia espirituales y corporales... Hubiera llegado a ser sumo letrado, si por las penitencias que hacía no cobrara grande y continuo dolor de cabeza... Y lo que moderó en el estudio, acrecentólo en el rigor de la austeridad y la penitencia todo el tiempo de su vida, cuando las enfermedades le dieron lugar. Fue también devoto y excelente predicador.

El fraile lego retornó pronto a Castilla y quedaron sólo los tres. Comenzaron luego a dar suave olor de religión y de santidad. Fueron recibidos por un buen cristiano, vecino de esta ciudad, llamado Pedro Lumbreras. Les dio una choza, en que se aposentasen, al cabo de un corral suyo, porque no había entonces sino casas de paja y estrechas. Allí des daba de comer cazabe de raíces, que es un pan de muy poca substancia si se come sin carne o pescado. Solamente se les daban algunos huevos y, de cuando en cuando, lo que era rarísimo, algún pescadillo, si acaecía pescarlo. Algún plato de berzas, muchas veces sin aceite y sólo con ají, que es la pimienta de los indios, porque era grande la penuria de todas las cosas importadas de Castilla. Pan de trigo o vino, aun para la misa, no lo había sino con dificultad. Dormían en unos lechos de horquetas y varas. Los colchones eran de paja seca, que echaban encima. Por vestido usaban un hábito muy áspero y una túnica de lana mal cardada. Con esta vida y este deleitable mantenimiento aun ayunaban siete meses al año, según la tenían constituido por su Orden".

Fray Pedro se estrenó predicando "un sermón de la gloria del Paraíso que tiene Dios para sus escogidos... Sermón alto y divino, que yo oí, y por habérselo oído me tuve por muy feliz... " (B. de las Casas). En seguida empezó a catequizar a los indígenas por medio de intérpretes. Los materiales de evangelización usados por fray Pedro de Córdoba se publicaron en México en 1544, y constituyen "la primera Doctrina Cristiana escrita en el Nuevo Mundo". Uno de los primeros libros escritos en nuestra isla.

En 1511 llegó fray Domingo de Loaysa y Mendoza con una segunda expedición de dominicos. Ya eran una docena de apóstoles. "Todos los que entonces venían eran religiosos señalados. A sabiendas y voluntariamente se ofrecían a venir, teniendo por cierto que acá habían de padecer sumos trabajos: que no habían de comer pan, ni beber vino, ni ver carne, ni andar los caminos cabalgando, ni vestir lienzo ni paño, ni dormir en colchones de lana... Aquí se renovó la primitiva Orden de Santo Domingo".

2. ¿Qué pensar de los Primeros Evangelizadores?

Juan Pablo II planteó a las iglesias latinoamericanas el desafío de "una evangelización que continúe y complete la obra de los primeros evangelizadores... Una evangelización nueva: nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión" (Al CELAM, Haití 9. 3. 1983).

Los Obispos Dominicanos (Documento citado, n. 8-12) defienden la visión positiva del papa: “Con la llegada de los primeros misioneros en el segundo viaje de los descubridores comenzó la evangelización propiamente dicha. Se iniciaba así la siembra del don precioso de la fe. Los misioneros franciscanos, dominicos y mercedarios, vinieron desde España, al igual que los encomenderos, pero con sensibilidad y finalidad diferente. Ellos llegaron a estas tierras a difundir el mensaje de la salvación, a implantar la Iglesia, a dar frutos de amor, cumpliendo el mandato de Jesucristo «Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda creatura» (Mc 16,15).

De estos misioneros nos dice el Papa Juan Pablo II en el Documento de Santo Domingo: “Damos, pues, gracias a Dios por la pléyade de evangelizadores que dejaron su patria y dieron su vida para sembrar en el Nuevo Mundo la vida nueva de la fe, la esperanza y el amor. No los movía la leyenda de «El Dorado», o intereses personales, sino el urgente llamado a evangelizar unos hermanos que aún no conocían a Jesucristo. Ellos anunciaron «la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres» (Tit 5,4) a unas gentes que ofrecían a sus dioses incluso sacrificios humanos… Ellos testimoniaron, con su vida y con su palabra, la humanidad que brota del encuentro con Cristo. Por su testimonio y su predicación, el número de hombres y mujeres que se abrían a la gracia de Cristo se multiplicaron «como las estrellas del cielo, incontables como las arenas de las orillas del mar» (Hb 11,12)” (Discurso Inaugural, 3).

Sigue afirmando el Papa que “los datos históricos muestran que se llevó a cabo una válida, fecunda y admirable obra evangelizadora y que, mediante ella, se abrió camino de tal modo en América la verdad sobre Dios y sobre el hombre que, de hecho, la evangelización misma constituye una especie de tribunal de acusación para los responsables de aquellos abusos” (id., 4). La misión de la naciente Iglesia fue la predicación, la administración de los sacramentos, la enseñanza y la asistencia social.

Con los primeros misioneros vino también la defensa de la dignidad humana y de los derechos de los nativos. El mejor ejemplo fue el Sermón, que en nombre de su comunidad sacerdotal, pronunció Fray Antón Montesino y que ayudó a un encomendero a convertirse en Fray Bartolomé de las Casas, el gran defensor de los indígenas”.

Otras voces critican la visión demasiado europea de estos primeros evangelizadores. Por ej. J. Mª. Vigil, “Curso de Teología del Pluralismo Religioso”, cap. 4:

“El primer catecismo que se escribió en América (quizá entre 1510 y 1521), el de Pedro de Córdoba, comienza con la revelación de «un gran secreto que vosotros nunca supisteis ni oísteis»: que Dios hizo el cielo y el infierno. En el cielo están todos los que se convirtieron a la fe cristiana y vivieron bien; en el infierno están «todos los que entre vosotros murieron, todos vuestros antepasados: padres, madres, abuelos, parientes y cuantos existieron y pasaron por esta vida; y allá iréis también vosotros, si no os hiciereis amigos de Dios y no os bautizareis y tornarais cristianos, porque todos los que no son cristianos, son enemigos de Dios».

Con ocasión de la visita de Juan Pablo II a Perú en 1985, Máximo Flores, del Movimiento Indio de Kollasuyo (aymara), Emmo Valeriano, del Partido Indio (aymara) y Ramiro Reynaga, del Movimiento Indio TupacKatari (keshwa) entregaron al Papa una carta en la que escribían:

«Nosotros, indios de los Andes y de América, decidimos aprovechar la visita de Juan Pablo II para devolverle su Biblia, porque en cinco siglos ella no nos dio ni amor, ni paz, ni justicia. Por favor, tome de nuevo su Biblia y devuélvala a nuestros opresores, porque ellos necesitan sus preceptos morales más que nosotros. Porque, desde la llegada de Cristóbal Colón, se impuso a América, por la fuerza, una cultura, una lengua, una religión y valores propios de Europa. La Biblia llegó a nosotros como parte del proyecto colonial impuesto. Ella fue el arma ideológica de este asalto colonialista”.

3. RECURSOS

1. Vamos a decidir si nos interesa seguir y comentar las 4 entregas de Noviembre sobre el Sermón de Montesinos.

2. El expresidente S. Jorge Blanco decía: "Los dominicos son también dominicanos y los dominicanos somos también dominicos bajo el patrón común de Santo Domingo". ¿Por qué nos interesa un Sermón pronunciado hace 500 años por un dominico español? ¿Podemos decir que es la “homilía dominicana más internacional y actual”?

3. Se ve que la Evangelización puede ser ambigua. ¿Cómo sabremos si de verdad es Buena o Mala Nueva para el pueblo oprimido? ¿Cómo sabremos si anunciamos el Evangelio de Jesús o el de los Intereses de los Opresores?

4. Revisar alguno de los videos publicados en Youtube sobre el “Descubrimiento” (¿) de América y criticarlos.