El próximo 4 de Diciembre 2011 se cumplirán 500 años del Sermón de Montesinos. A esta famosa homilía dominicana (”primer grito de defensa del mundo indígena” en Santo Domingo, adviento de 1511) vamos a dedicar el comentario de los cuatro domingos de noviembre.
“Yo creo que hay dos preguntas de fondo. Una de carácter histórico, pero sumamente ilustrativa: ¿qué tipo de comunidad produjo aquel tipo de predicación? O ¿qué tipo de predicación produjo aquel tipo de comunidad? Y la segunda, de carácter más histórico y hasta ético: ¿en qué nos ilustran aquella comunidad y aquella predicación hoy, y a qué nos desafían en este mundo global? La comunidad dominicana de la Española es toda una parábola de la relación entre la comunidad y la predicación del Evangelio. Pero, sobre todo, es una parábola del puesto que debe desempeñar la defensa de la justicia en el ministerio de la evangelización”( Felicísimo Martínez, O.P.).
0. La bibliografía que podemos consultar es abundante. Yo usaré básicamente mi libro Reynés, J. Historia de la Salvación desde América Latina. Ed Amigo del Hogar-Paulinas, ps. 182-191 y el Mensaje de los Obispos Dominicanos CED, “500 años en defensa de la Dignidad Humana” (27.2.2011).- Para ampliar pueden consultar: Martínez, F., “El Sermón de Montesinos (Comunidad, Predicación y defensa de la Justicia)"; Charria, B., Primera comunidad dominica en América, defensora del indígena. CELAM. Bogotá, 1987; Medina, M. A., Una comunidad al servicio del indio. La obra de fray Pedro de Córdoba. Instituto Pontificio Teológico. Madrid, 1983; Las Casas, B., Historia de Indias en Obras escogidas de Fr. Bartolomé de Las Casas. B. A. E., t. I-II; Pérez, J. M. ., Estos ¿no son hombres? Fund García Arévalo. Santo Domingo, 1984.
1. La Primera evangelización ¿fue Buena o Mala Noticia?
A comienzos de septiembre del año 1510 "la Divina Providencia trajo la Orden de Santo Domingo a esta isla (Española), para lumbre de las tinieblas que en ella entonces había... " La primera expedición estaba compuesta por fray Pedro de Córdoba, fray Antonio de Montesinos, fray Bernardo de Santo Domingo y el Hermano fray Domingo de Villamayor. Todos castellanos.
Pedro de Córdoba, el superior, contaba sólo 28 años, y era "hombre lleno de virtudes, a quien Dios nuestro Señor dotó de muchos dones y gracia espirituales y corporales... Hubiera llegado a ser sumo letrado, si por las penitencias que hacía no cobrara grande y continuo dolor de cabeza... Y lo que moderó en el estudio, acrecentólo en el rigor de la austeridad y la penitencia todo el tiempo de su vida, cuando las enfermedades le dieron lugar. Fue también devoto y excelente predicador.
El fraile lego retornó pronto a Castilla y quedaron sólo los tres. Comenzaron luego a dar suave olor de religión y de santidad. Fueron recibidos por un buen cristiano, vecino de esta ciudad, llamado Pedro Lumbreras. Les dio una choza, en que se aposentasen, al cabo de un corral suyo, porque no había entonces sino casas de paja y estrechas. Allí des daba de comer cazabe de raíces, que es un pan de muy poca substancia si se come sin carne o pescado. Solamente se les daban algunos huevos y, de cuando en cuando, lo que era rarísimo, algún pescadillo, si acaecía pescarlo. Algún plato de berzas, muchas veces sin aceite y sólo con ají, que es la pimienta de los indios, porque era grande la penuria de todas las cosas importadas de Castilla. Pan de trigo o vino, aun para la misa, no lo había sino con dificultad. Dormían en unos lechos de horquetas y varas. Los colchones eran de paja seca, que echaban encima. Por vestido usaban un hábito muy áspero y una túnica de lana mal cardada. Con esta vida y este deleitable mantenimiento aun ayunaban siete meses al año, según la tenían constituido por su Orden".
Fray Pedro se estrenó predicando "un sermón de la gloria del Paraíso que tiene Dios para sus escogidos... Sermón alto y divino, que yo oí, y por habérselo oído me tuve por muy feliz... " (B. de las Casas). En seguida empezó a catequizar a los indígenas por medio de intérpretes. Los materiales de evangelización usados por fray Pedro de Córdoba se publicaron en México en 1544, y constituyen "la primera Doctrina Cristiana escrita en el Nuevo Mundo". Uno de los primeros libros escritos en nuestra isla.
En 1511 llegó fray Domingo de Loaysa y Mendoza con una segunda expedición de dominicos. Ya eran una docena de apóstoles. "Todos los que entonces venían eran religiosos señalados. A sabiendas y voluntariamente se ofrecían a venir, teniendo por cierto que acá habían de padecer sumos trabajos: que no habían de comer pan, ni beber vino, ni ver carne, ni andar los caminos cabalgando, ni vestir lienzo ni paño, ni dormir en colchones de lana... Aquí se renovó la primitiva Orden de Santo Domingo".
2. ¿Qué pensar de los Primeros Evangelizadores?
Juan Pablo II planteó a las iglesias latinoamericanas el desafío de "una evangelización que continúe y complete la obra de los primeros evangelizadores... Una evangelización nueva: nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión" (Al CELAM, Haití 9. 3. 1983).
Los Obispos Dominicanos (Documento citado, n. 8-12) defienden la visión positiva del papa: “Con la llegada de los primeros misioneros en el segundo viaje de los descubridores comenzó la evangelización propiamente dicha. Se iniciaba así la siembra del don precioso de la fe. Los misioneros franciscanos, dominicos y mercedarios, vinieron desde España, al igual que los encomenderos, pero con sensibilidad y finalidad diferente. Ellos llegaron a estas tierras a difundir el mensaje de la salvación, a implantar la Iglesia, a dar frutos de amor, cumpliendo el mandato de Jesucristo «Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda creatura» (Mc 16,15).
De estos misioneros nos dice el Papa Juan Pablo II en el Documento de Santo Domingo: “Damos, pues, gracias a Dios por la pléyade de evangelizadores que dejaron su patria y dieron su vida para sembrar en el Nuevo Mundo la vida nueva de la fe, la esperanza y el amor. No los movía la leyenda de «El Dorado», o intereses personales, sino el urgente llamado a evangelizar unos hermanos que aún no conocían a Jesucristo. Ellos anunciaron «la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres» (Tit 5,4) a unas gentes que ofrecían a sus dioses incluso sacrificios humanos… Ellos testimoniaron, con su vida y con su palabra, la humanidad que brota del encuentro con Cristo. Por su testimonio y su predicación, el número de hombres y mujeres que se abrían a la gracia de Cristo se multiplicaron «como las estrellas del cielo, incontables como las arenas de las orillas del mar» (Hb 11,12)” (Discurso Inaugural, 3).
Sigue afirmando el Papa que “los datos históricos muestran que se llevó a cabo una válida, fecunda y admirable obra evangelizadora y que, mediante ella, se abrió camino de tal modo en América la verdad sobre Dios y sobre el hombre que, de hecho, la evangelización misma constituye una especie de tribunal de acusación para los responsables de aquellos abusos” (id., 4). La misión de la naciente Iglesia fue la predicación, la administración de los sacramentos, la enseñanza y la asistencia social.
Con los primeros misioneros vino también la defensa de la dignidad humana y de los derechos de los nativos. El mejor ejemplo fue el Sermón, que en nombre de su comunidad sacerdotal, pronunció Fray Antón Montesino y que ayudó a un encomendero a convertirse en Fray Bartolomé de las Casas, el gran defensor de los indígenas”.
Otras voces critican la visión demasiado europea de estos primeros evangelizadores. Por ej. J. Mª. Vigil, “Curso de Teología del Pluralismo Religioso”, cap. 4:
“El primer catecismo que se escribió en América (quizá entre 1510 y 1521), el de Pedro de Córdoba, comienza con la revelación de «un gran secreto que vosotros nunca supisteis ni oísteis»: que Dios hizo el cielo y el infierno. En el cielo están todos los que se convirtieron a la fe cristiana y vivieron bien; en el infierno están «todos los que entre vosotros murieron, todos vuestros antepasados: padres, madres, abuelos, parientes y cuantos existieron y pasaron por esta vida; y allá iréis también vosotros, si no os hiciereis amigos de Dios y no os bautizareis y tornarais cristianos, porque todos los que no son cristianos, son enemigos de Dios».
Con ocasión de la visita de Juan Pablo II a Perú en 1985, Máximo Flores, del Movimiento Indio de Kollasuyo (aymara), Emmo Valeriano, del Partido Indio (aymara) y Ramiro Reynaga, del Movimiento Indio TupacKatari (keshwa) entregaron al Papa una carta en la que escribían:
«Nosotros, indios de los Andes y de América, decidimos aprovechar la visita de Juan Pablo II para devolverle su Biblia, porque en cinco siglos ella no nos dio ni amor, ni paz, ni justicia. Por favor, tome de nuevo su Biblia y devuélvala a nuestros opresores, porque ellos necesitan sus preceptos morales más que nosotros. Porque, desde la llegada de Cristóbal Colón, se impuso a América, por la fuerza, una cultura, una lengua, una religión y valores propios de Europa. La Biblia llegó a nosotros como parte del proyecto colonial impuesto. Ella fue el arma ideológica de este asalto colonialista”.
3. RECURSOS
1. Vamos a decidir si nos interesa seguir y comentar las 4 entregas de Noviembre sobre el Sermón de Montesinos.
2. El expresidente S. Jorge Blanco decía: "Los dominicos son también dominicanos y los dominicanos somos también dominicos bajo el patrón común de Santo Domingo". ¿Por qué nos interesa un Sermón pronunciado hace 500 años por un dominico español? ¿Podemos decir que es la “homilía dominicana más internacional y actual”?
3. Se ve que la Evangelización puede ser ambigua. ¿Cómo sabremos si de verdad es Buena o Mala Nueva para el pueblo oprimido? ¿Cómo sabremos si anunciamos el Evangelio de Jesús o el de los Intereses de los Opresores?
4. Revisar alguno de los videos publicados en Youtube sobre el “Descubrimiento” (¿) de América y criticarlos.
"Parece que fue ayer" dice la canción. 500 años como 500 arrugas y multiplicación de canas. En cada rincón hace falta el grito de 500 sermones. Vivimos el atropello, la violencia, la corrupción, la prepotencia de los poderes de turnos que se ha ido trasvasando como un legado, una herencia. Una maldición. Seguimos colgando del madero entre escupitajos, escarnios y burlas. si... pero ya amanece. el día se alza, "lento,pero viene...", como avalancha. Hay sangre callada en un silencio de Resurrección. "salió la aurora por la mañana, sembrando flores, flores de Pascua". Ya amanece... trv
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