miércoles, 27 de septiembre de 2017

Génesis Taíno – Génesis Cristiano: El Nombre de Dios: ¿Yahvé o Yúcahu? (2)


La Biblia se abre con el “Génesis”, “libro de los orígenes” del Pueblo de Dios. En los orígenes de la  historia dominicana nos encontramos con el mestizaje de los indígenas taínos, los esclavos africanos y los conquistadores blancos. Es bueno que estudiemos sus mitos, pues "los mitos suelen ser compendio de las experiencias de un pueblo, fuente de sus mejores obras de arte y origen de sus creencias más profundas y significativas"[1]. Y como dice el Vaticano II en su declaración sobre las relaciones con las religiones no cristianas: “La Iglesia catòlica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de verdadero y santo... no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres”[2] . Vamos a abrir un diálogo entre los mitos bíblicos y taínos que hablan de los orígenes.


1. El Nombre de Dios

Yúkahu
Los taínos adoraban muchos dioses, que llamaban cemíes, pero con un Espíritu Supremo que presidía sobre todos. Así lo anotó Fray Ramón Pané: "Creen que está en el cielo y que es inmortal, y que nadie puede verlo, y que tiene madre, mas no tiene principio, y a éste llaman Yúcahu[3] Baguá Maórocoti".

Su fe viene compendiada en las tres palabras sagradas del Nombre divino (YBM): YÚCA-HU, que significa "Espíritu de la Yuca", y al que pedían el casabe cotidiano. BAGUÁ, "es el nombre de la mar en esta isla" (Oviedo). MAÓROCOTI, vocablo compuesto por prefijo ma=sin y órocoti= abuelo. Se traduce: "sin abuelo, sin principio").

La diosa madre se llama Atabey, que concibió a Yúcahu sin mediación de ninguna potencia masculina, por lo que Yúcahu no tuvo padre.  Además de ser diosa madre, Atabey fue divinidad de la Luna, el mar, la fertilidad y el nacimiento. Personificada por las ranas, le suplicaban protección para las parturientas, pero luego no se habla de ella. Los “cemíes” eran seres espirituales que incluían a diferentes fuerzas de la naturaleza y  a los espíritus de los antepasados. Se representaban en esculturas de piedra, cerámica, hueso, madera e incluso con fibras textiles. Los trigonolitos (piedras labradas en forma triangular) fueron de las más características.
"El Ser Supremo de los antillanos no fue un enamoradizo don Juan, como Júpiter; ni un juez exigente y vengativo, como Jehová; ni un contumaz guerrero, como Odín. Creado por un pueblo que vivía en las islas casi paradisíacas, sin reptiles venenosos ni bestias feroces, sin crudos inviernos ni agobiantes veranos, sin desiertos y sin páramos, en donde una naturaleza benigna ofrecía aves y peces en abundancia y fértiles tierras para la labranza, Yúcahu Baguá Maórocoti fue, como sus creadores, pacífico y bienhechor. Estrechamente vinculado a la ecología de las islas, sus funciones fueron las de generoso Ser Sustentador que rige las fuerzas genésicas de la tierra y el mar. Visto así, el mito tiene un significado preciso dentro del medio en que habitaba el taíno y refleja su carácter y su cosmovisión. Yúcahu Baguá Maórocoti, el Señor de los Tres Nombres, el Icono de las Tres Puntas, en sí resume los tres factores primordiales que felizmente se armonizan en las Antillas: tierra, mar y hombre"[4].

2. ¿Oué diferencia hay entre el Dios bíblico y el Dios de los taínos?

Los indios adoraban al señor de la naturaleza. El Dios bíblico, en cambio, fue experimentado como Yavé Liberador de la esclavitud, señor que dirige la historia de su pueblo, y, en el Nuevo Testamento, el Padre de Jesús.

Tenemos que reconocer, sin embargo, que "el cristianismo entró .en nuestro continente bajo el signo de la opresión. No solo que vino por la fuerza, como la religión del conquistador, sino que también funcionó como una religión de opresión ... Si lo que origina la fe bíblica es una experiencia de liberación que permite reconocer allí a Dios como "liberador", América Latina no pudo ser evangeIizada, pues aquí Dios no pudo ser "experimentado" como liberador ... Para que la fe bíblica -en su núcleo querigmático y liberador- sea credible para el hombre latinoamericano, hay que pasar por un tremendo proceso de purificación de sus expresiones históricas. y la única manera de realizarlo es a través de una nueva experiencia de liberación. En otras palabras, hay que empezar de nuevo"[5]


3.  ¿No se hubiera podido entablar un diálogo con la cultura indígena?

Cemí de las tres puntas

Mons. Francisco Arnáiz, que fue obispo auxiliar de Santo Domingo, hace un recuento de los principales elementos de la religión taína que se hubieran podido aprovechar para inculturizar elmensaje cristiano: 
Los trigonolitos y las tres piedras rituales, punto de arranque para el misterio cristiano; YBM, plàstica presentación de Dios Padre, Providente y Creador; la cohoba con sus elementos de purificación y èxtasis, plataforma vàlida para el misterio de la redención; los cemíes, base sòlida para los distintos modelos de la revelación; Atabey, la diosa madre, les allanaba el camino para predicar la mariologia; el casabe partido y compartido, facilitaba la exposición del misterio eucarístico; los areítos para la iniciación litúrgica... “Nada, sin embargo, de esto se hizo por falta de preparación adecuada en los Adelantados de la gran fiesta evangelitzadora de América. Pero detrás de ellos en sucesión ya ininterrumpida, vendrían a Islas y Tierra Firme Franciscanos, sobre todo, Dominicos, Mercedarios y Jesuítas... que harían. alguna vez aunados a la espada però frecuentemente en luchas peligrosas contra ella, la proeza titànica y épica de evangelizar un Continente entero”[6]

El P. Las Casas confiesa que preguntaba a los indios algunas veces: “¿Quién es este cemí que nombráis?”, respondíanme: “El que hace llover y hace que haya sol, y nos da los hijos, y los otros bienes que deseamos”; añadía yo: “Ese cemí que hace eso, me lleve a mí el alma”[7]. Parece que (aunque con el recato que exigía el temor al Santo Tribunal, del que fue inquisidor el mismo fray Pedro de Córdoba), el buen fraile se atrevió a identificar a YBM con Jesús, el Hijo de YHWH.

ORAR AL SEÑOR DEL CIELO

        1. Compara el Padrenuestro cristiano con el Padrenuestro taíno


“Nuestro padre, que en el cielo estás, señor de la tierra y el agua, señor de la luna y el sol, ven a nosotros con espíritu bueno, alto, grande y generoso. Danos a nosotros las lluvias, las masas y el pan de día.
Espíritus malos, no. Fantasmas, no. Espíritus buenos, sí.  De dios padre, siervo yo seré. Así serà”.

·         ¿Oramos al mismo Dios?, ¿cuáles diferencias ves entre las dos oraciones?, la oración que haces tú ¿es cristiana, o nos quedamos muchas veces en el Antiguo Testamento?

          2. Dios del Triángulo
Los taínos representaban su fe en el dios de tres puntas (trigonolito), los cristianos en un Dios Trinidad. Es Bueno que comentemos lo que significa para ellos y para nosotros representar a Dios con el número 3.
          Volvamos a preguntarnos, como en el punto anterior: ¿Vivimos nuestra fe de modo cristiano o nos quedamos en el Antiguo Testamento?


        3. Oración a Yúkahu (del poeta Pablo Nadal)
“Es fácil - hacer la elevación sagrada - de la forma redonda del casabe
y dar gracias - a I sol y a la tierra - por los dones del alimento diario.
Pero es duro recordar - las distancias - llenadas de costa a costa
con la raíz - para aflojar la garganta - y después mirar caer una a una las aldeas
por los bacilos y las armas llenas de truenos.
Es brillante tener la yuca en las manos - desnudar la y bailar con ella
contra el metal lleno de dientes – y a la masa humedecida - sacarle el veneno furioso
y después frente a I fuego esperar la - gran hostia sagrada.
i Dios taíno de la yuca - el de un ojo verde - y un ojo de oro!
Dios antiguo y transeúnte presente - de los campos y de los supermercados
¡la santa Cena en esta isla no puede ser  - ofrecida sin tu cuerpo!”         

 ¿Qué significado encontramos a este poema dominicano?






[1] Arrom, J.J., Mitología y artes prehispánicas de las Antillas. Siglo XXI. Madrid, 1975, p.18. Cfr Polanco Brito, H. E. y otros, Fray Ramón Pané. Vida y Obra. Primer Seminario Grandes Figuras de la Evangelización de América. Vº Centenario. Santo Domingo, 1989; Reynés, J., "Génesis taíno, Génesis cristiano" en Génesis. AmH. St. Domingo, 1993.
[2] Nostra Aetate, 2.
[3] También escrito Yukajú, Yocajú, Yokahu o Yukiyú. Los arahuacos de Boriquén (Puerto Rico) creían que Yúcahu residía en El Yunque, hoy día una reserva forestal.
[4] Arrom, 43.
[5] Croatto, J. S. “Los dioses de la opresión” en La lucha de los dioses. DEI. San José CR, 1980, 53-54.
[6] Arnáiz, F. J. Más luces que sombras. AdH, Santo Domingo 1989, 100-102.
[7] Apologética, CLXVI.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Génesis Taíno - Génesis Cristiano (1)



Fe a prueba de Huracán

El ojo de un huracán
      1.   De actualidad
       Empecemos comentando un fragmento del puertorriqueño Félix Cruz después del paso del huracán Irma:

Yo, sobreviviente de Irma[1]
 “… La verdad es que somos un pueblo bendecido. El pueblo puertorriqueño demostró su devoción religiosa a través de las redes sociales. Las oraciones, los pedidos de misericordia y las promesas a la Divinidad inundaron Facebook y Twitter. Hubo plegarias a la Virgen María, al Divino Niño, a Jesús de Nazaret. No faltaron los pedidos de misericordia a Dios, Padre-Hijo-Espíritu Santo…
Llamaron poderosamente mi atención las plegarias dirigidas Yocahú Bagua Maorocoti, señor de Borinquén, el que habita en el Yunque, y a su madre Atabex Atabeira, dueña de las aguas, la de los cinco nombres (Nuestra Señora de la Monserrate, cuya fiesta es el 8 de septiembre). También hubo pedidos de intercesión para apaciguar la furia de Irma a Yemayá, dueña del mar (Virgen de Regla, cuya fiesta es el 7 de septiembre), a Oshún, dueña de las aguas dulces (Virgen de la Caridad del Cobre, cuya fiesta es el 8 de septiembre) y a otras deidades en la que los puertorriqueños depositan su fe.
Cabe destacar que la oración más reproducida en Facebook fue una a Yocahú (…)  el dios supremo en la mitología taína. Los taínos creían que “juracán” era un fenómeno generado por la ira de la diosa de los vientos, Guabancex, al agitar furiosa sus manos en forma de espiral. Guabancex era solo apaciguada por Yocahú quien detenía su paso al llegar al monte sagrado donde residía el dios, El Yunque.
Todas las creencias religiosas suplicaron por misericordia ante el monstruo que se nos abatía encima. Hubo algunos religiosos que no dejaron pasar la oportunidad por achacar a la maldad de los habitantes de la isla la furia del huracán, algunos vaticinaron el fin del mundo, pero en general todos tenemos que concordar que las divinidades nos libraron de los pecados e Irma siguió su paso.
La profunda religiosidad boricua es herencia española sincretizada con poderosos matices afro taínos. Símbolo inequívoco de esta religiosidad es la frase ¡Ay bendito! que caracteriza a los puertorriqueños.
Pero a los puertorriqueños no solo nos caracteriza la profunda fe si no el hecho de que no perdemos la oportunidad para armar una fiesta ante cualquier eventualidad. Evidentemente, la venida de un huracán es una ocasión perfecta para congregarse con amigos y familiares hacer un sopón (sopa de pollo con arroz, papas, alcaparrado y aceitunas), jugar dominó y tomar cerveza (...) El progreso y la evolución en las creencias religiosas, influenciadas por el protestantismo estadounidense y los modernos dogmas neopaganos alejaron a los puertorriqueños de estas costumbres ancestrales, pero nunca del deseo de congregarse.
(…) Este fin de semana, los puertorriqueños nos congregaremos, ya no a orar por los residentes del Archipiélago Borincano, sino para abogar por los hermanos de la Patria extendida y los primos latinoamericanos que habitan en Florida. Volveremos a estar atentos a los noticieros y a reunirnos en familia con el corazón a punto de salirse del pecho.
Volveremos a escuchar los sonidos de los tambores y en lo más recóndito de nuestras conciencias colectivas se escucharán las voces de los ancestros recordándonos que somos un pueblo de fe y sentiremos sus poderosos brazos acurrucándonos en sus pechos mientras nos cantan nanas para acallar nuestros temores…”

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR Y DIALOGAR
¿Pensamos que el Huracán es más fuerte que nuestro Dios?
¿Decimos que es “el Dedo de Dios” poderoso y tal vez vengador? ¿Es justo que le achaquemos a Dios la culpa de las desgracias naturales?
¿Qué tenemos en mente cuando repetimos “Dios obra”?
¿O preferimos pensar que los Huracanes son “fruto de la mano del hombre”? ¿En qué sentido son también responsabilidad nuestra?
¿Cómo refuerza el autor la dimensión comunitaria cuando habla de los areítos?


2. Los dioses taínos
“Hoy sabemos que a través de su religión los indígenas le tenían explicación a todo: de cómo se formó la Tierra, los mares, los ríos, el hombre, la mujer, los animales, las frutas, etc… Juracán es la Señora de los Vientos, una deidad femenina que también era conocida en la región del Caribe como Guabancex. Esta diosa malvada reinaba y dominaba en la tormenta destruyendo todo a su paso con el eterno apoyo de sus dos ayudantes masculinos: Guataubá y Coatrisquie.
El dios Hurakán
Tanto Guabancex como sus dos aliados vivían en el país de Aumatex, “Cacique de los Vientos”. Ella atacaba y destruía sin piedad cuando los habitantes no cumplían con la devoción requerida a sus imágenes y cuando no rendían la ofrenda o tributo pertinentes.
Si los habitantes de Borikén, Quisqueya, Cuba o Jamaica no cumplían con lo establecido, Guabancex (Juracán) salía con furia desde el país de Aumatex y enviaba al frente a su primer ayudante Guatuabá, quien controlaba el fuego. Su misión era anunciar la llegada de Juracán con relámpagos, truenos y centellas para que fuera creando temor. Luego entraba en acción su segundo ayudante, Coatrisquie, quien controlaba el agua y vertía copiosos torrentes de lluvia creando grandes inundaciones. Mientras Guabancex ordenaba al resto de los espíritus de los cemíes de las aldeas a colaborar con ella en su castigo; continuaba soplando sin piedad y con fuerza todos los vientos, asegurando así una destrucción total…
Los taínos visualizaban al huracán con dos brazos extendidos en forma de aspas y con el ojo del huracán en el centro, en la misma forma en que lo visualizamos en las imágenes modernas”[2].
Escribe Frank Moya Pons: “Sobre el origen de la palabra huracán hay en nuestros días un debate que no ha sido zanjado pues unos suponen que es voz maya, puesto que, por una parte, está mencionada en el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, mientras que cronistas tan autorizados como Gonzalo Fernández de Oviedo, Pedro Mártir de Anglería y Bartolomé de las Casas la identifican como perteneciente al lenguaje taíno”. Tanto los indígenas como los españoles le veían una procedencia divina, y llegaron a pensar que un dios taíno castigaba a los cristianos en los grandes huracanes que azotaron la capital Santo Domingo, uno el 3 de agosto de 1508, y el otro el 10 de julio de 1509[3].

3. El Dios de la Biblia
En una búsqueda en la Biblia de Jerusalén encontramos 15 resultados para la palabra “huracán”:

3.1 HURACÁN relacionado con la ira/cólera de Yavé, provoca temor y espanto.
Pero “Dios camina en el huracán” (Nahún 1,3), tiene poder para dominar el mal.
El salmo 29(28) afirma: “La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado, el Señor sobre las aguas torrenciales… El Señor se sienta sobre las aguas diluviales”. 

3.2 Los hebreos “tuvieron que aprender, no obstante, que Yahvéh se les revelaba más en el éxodo que en la tormenta y el terremoto. Ésta por cierto fue la experiencia de Elías, que tuvo conciencia del “silbo apacible y delicado” como algo más expresivo de la presencia y el poder divinos que el terremoto, el viento y el fuego (1 R. 19.11–13)[4].

3.3 En el NT vemos a JESÚS, hijo de Yavé, que somete el mar como si fuera un demonio (Mc 5,35-41) y que camina sobre las aguas (Mt 14,23-27).

3.4 La Palabra de Dios también se compara a un viento huracanado: Truena, Ap 14,2; quebranta, salm 90, 3; quema, Jr 20,9; hace temblar, Is 66,2; desgaja Heb 4,12; y también desnuda Heb 4,13[5]

 
      Sobre Dios, los huracanes, el dolor, y la esperanza
Y, ¿cómo reaccionaríamos si el Huracán nos causara destrucción? ¿Podríamos decir todavía que Dios es bueno? ¿Dónde está nuestra esperanza verdadera como cristianos?

Comentemos este texto del pastor evangélico Nathan Díaz: “No lo dudemos: Dios a veces permite la destrucción y la muerte con un propósito. Isaías 45:7 nos dice que “el que forma la luz y crea las tinieblas, el que causa bienestar y crea calamidades, yo soy el Señor, el que hace todo esto”. Dios permite cosas terribles en la naturaleza para, entre otras cosas, recordarnos que existe una real esperanza a través de la fe.
Así nos enseña Romanos 8:18-25: Todo será restaurado algún día. Esa es nuestra real esperanza. Nuestro cuerpo natural y toda la creación verá la perfección. Pero solo los hijos de Dios formarán parte de esta realidad.
Ningún huracán, y ni la misma muerte nos puede separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús (Ro. 8:37-39). Esta realidad es inmutable ahora y en el futuro. Nuestra esperanza no está en la presencia o ausencia de un huracán: está en el Dios que controla la tormenta (Mt. 8:27).


En una próxima entrega seguiremos comparando el Génesis Taíno con el Génesis cristiano. Nos preguntaremos: ¿Qué diferencias habría entre una oración a los dioses de los Taínos, al Yavé del AT, al Padre de Jesús del NT? Pueden buscar en internet el padrenuestro taíno y compararlo con el padrenuestro cristiano.


[1] http://elpostantillano.net/cultura/20134-2017-09-08-23-06-37.pdf
[3] https://www.diariolibre.com/opinion/lecturas/un-dios-tano-castig-a-los-cristianos-OKDL209698
[4] http://www.biblia.work/diccionarios/tormenta/
[5] “Ante esta realidad querido lector, continuarás resistiéndote a Cristo? Ruego que pongas ahora mismo en línea tu vida con la palabra de Dios; para que las ráfagas de la Palabra, no tengan que desgajar y estremecer tus entrañas, con situaciones tristes y embarazosas”.
https://laspalabrasdevida.org/index.php/recursos/reflexiones-para-el-alma/26-el-huracan-de-la-palabra-de-dios

lunes, 18 de septiembre de 2017

Una manera muy dominicana de leer la Biblia


 

En Septiembre la Iglesia celebra “el mes de la Biblia” porque fue un día 26 de Septiembre de 1569 cuando se acabó de imprimir totalmente la Biblia en español. En Septiembre acabo de regresar de Santo Domingo donde dediqué muchos años de mi vida a partir este Pan de la Palabra con los pobres. Lo recogí en un libro “Historia de la Salvación desde América Latina” (Ed. Paulinas y MSC, Amigo del Hogar 2000)... y que ahora, al reabrirlo para volverlo a presentar, me ha parecido más actual que nunca.
Hay mucha hambre de la Palabra de Dios en RD. Muchos se alimentan en comunidades carismáticas, que no puedo desaprobar… Pero ¿no sería una pena que desconociéramos nuestra manera propia de leer la Biblia?
“La llamamos "una manera muy dominicana" porque fue obra de la primera comunidad dominica, o dominicana, que llegó a esta isla en 1510, y porque fue aquí - bautizada precisamente con el nombre del fundador de los dominicos: Santo Domingo de Guzmán -, donde se convirtió en "manera-estilo-método" propios…  
 UNA TRADICIÓN QUE NOS HONRA
Es un estilo que nace con el archi-famoso sermón de Adviento, preparado y firmado por la comunidad entera, y pronunciado por Antón de Montesinos, como "voz de Cristo en el desierto de esta isla": "Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados... ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine... ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos?" (21.12.1511).         
Se ratifica en la "conversión" del clérigo encomendero Bartolomé de las Casas que, predicando el día de la Asunción de 1514 un sermón de la vida contemplativa y activa: "Dicho esto, comenzó a declararles su ceguedad, injusticias y tiranías y crueldades que cometían en aquellas gentes inocentes y mansísimas ".  
Se ha convertido en una tradición a la que se apela a lo largo de la historia. Por ejemplo, la orden dominica (con sus diversos grupos de frailes y monjas) lo defiende como un carisma válido para nuestro tiempo, creando con este nombre centros de promoción de la justicia, levantando la voz contra los desalojos que se imponen en vistas a levantar un "monumento a los profetas", o contra la repatriación forzada y malos tratos de haitianos” (Por ej. En el documento del 29.10.97 o cuando el fraile Miguel Angel Gullón Gullón levanta su cruz contra los todopoderosos Vicini en 2017).
“La recuerdan quienes favorecen una espiritualidad dominicana: "Históricamente República Dominicana será siempre el lugar donde Antonio Montesinos pronunció las palabras que todo el mundo, también Europa, conoce, precisamente a través de otro Dominico universal (también ampliamente dominicano), que fue el Padre Bartolomé de las Casas" (A. Guerra).
La mantienen distintas voces laicas, desde instancias extra-eclesiales, como el historiador Frank Moya Pons: "Aquellas preguntas que conmovieron políticamente el gobierno colonial de la Española y resonaron con fuerza en la corte de España, todavía resuenan hoy y todavía nos obligan a preguntar: ¿Es que no eran seres humanos? ¿Es que no tenían almas? ¿Es que no eran también hijos de Dios? ¿Por qué se celebra y se justifica hoy la desaparición de los indígenas? ¿Por qué se justifican hoy aquellas matanzas y aquella explotación como si fuesen la obra abstracta de una época y no de cristianos malos? ¿No era un crimen matar gente hace quinientos años como lo es también hoy, o como lo era hace dos mil años?".  
Como el eco que nos llega envuelto en las páginas calientes de la prensa: "En este desierto... hace falta un Montesinos" (Santiago Hirujo); "Oh Montesinos!, ¿con qué derecho y qué calidad destruyen las libertades del pueblo dominicano sus clases dominantes?" (J.E. Gautier); "Ironía, que para rendir homenaje a un justo como lo fue Montesinos, se cometan injusticias" (J. Bujosa Mieses); "¿Quién dijo que los haitianos en la República Dominicana forman una minoría con derechos a reconocerse? Y estamos hablando de la tierra donde se lanzó el precursor discurso reclamando estos derechos, con el famosísimo discurso de Fray Antón de Montesinos" (M. Sang Ben)...
Es una tradición que se apropia el pueblo, en su lenguaje colorido y chispeante, recogido en la memoria de los poetas: "Yo quiero decir aquí cuatro verdades, / cuatro verdades picantes / como otros tantos ajíes de esos / que por casa llaman montesinos" (H. Incháustegui Cabral)”.
Esta manera "muy dominicana" de leer la Biblia la ha asumido la Conferencia Episcopal Dominicana (con motivo de los 500 años del famoso sermón). Se ha desarrollado y estructurado en la teología de la liberación, un método latinoamericano antes ampliamente discutido y que está en la base del magisterio del latinoamericano papa Francisco. 
Invito a l@s interesad@s que sigan las lecturas que empezaré a publicar sobre el Génesis taíno - Génesis cristiano. Las asambleas y grupos bíblicos que se reúnen en nuestras parroquias, los grupos juveniles, los noviciados y seminarios, todas las personas que –como Elías- sentimos que nos tocan el costado y nos dicen: “¡Levántate y come! Que el camino es superior a tus fuerzas” (1Re 19,7).