viernes, 27 de agosto de 2010

El Fuego de Dios: Neo sacerdote (5)


El 21 de marzo de 1858, poco antes de cumplir los 25 años, Joaquim Rosselló fue consagrado sacerdote al servicio de la Iglesia de Mallorca.

Estaba cursando el IIIº de Teología, le faltaban cuatro años para terminar la carrera. Desde entonces alternó sus estudios en el Seminario con el rezo coral que le exigía su beneficio en la parroquia de Santa Cruz y con el fogoso apostolado de un sacerdocio recién estrenado.


Primeros años de apostolado

Joaquim Rosselló no fue lo que llamaba el pueblo mallorquín un “capellà de carrera curta” (sacerdotes que abreviaban sus estudios en 3 cursos de Humanidades, 1 de Filosofía y 2 de Dogmática y Moral).

No fue un "capellà de missa i olla" (que pasaban de la misa a la mesa, del mal rezar al buen yantar).

Ni cabe tampoco en los tipos descritos por el Archiduque Luis Salvador, alguno de cuyos especímenes hemos conocido todavía: Campesinos de sotana raída, trabajando su huerta o recogiendo la comida de alguna familia amiga, con la cesta; o ciudadanos desocupados, entreteniéndose en largos paseos con el breviario bajo el brazo.


Fue un apóstol creativo y moderno:

La devoción al Corazón de Cristo, todavía poco conocida en Mallorca, ya había arraigado en su interior, y fue su primera arma de apostolado. Miembro del grupo informal del Hermano Gregorio Trigueros, popularizó la práctica de los primeros viernes, la hora santa, la fiesta litúrgica, etc. Reunió a muchos en una Cofradía del Sagrado Corazón.

Desde 1855 pertenecía a la Escuela de Cristo, una Hermandad de santificación para eclesiásticos y laicos de espíritu fuerte. Se reunían los jueves en la iglesia del Temple para orar, escuchar una plática espiritual y disciplinarse ante la presencia del Crucificado, motivados por el pensamiento de la muerte. Siendo aún joven sacerdote, fue elegido por seis veces consecutivas Presidente de la Hermandad.

La catequesis infantil le proporcionaba un gozo particular, pero los jóvenes eran sus predilectos. “El P. Rosselló era más amigo de los jóvenes que de los de más edad si cabe”, declarará Arnau Mir Solivellas en el Proceso de Beatificación. Un año después de su ordenación, asociado con Josep Nadal (“barbero, fervoroso y entusiasta católico”) y algunos curas jóvenes, importarán desde la parroquia de Gràcia (hoy integrada en Barcelona), la Corte Angélica de San Luís Gonzaga. "Una de aquellas piadosas Asociaciones que, acomodadas al espíritu y circunstancias de la época, tiende al santo y laudable objeto de regenerar a la juventud por medio de una educación, a la vez social y religiosa”. La propagaron por las parroquias foráneas de Mallorca con el nombre de “Los Luíses” (Lluïssos), y nuestro novel sacerdote se significó tanto que recibió el apodo de “Luis de los tiempos modernos”. Más tarde, cuando los jesuitas se estabilizaron, acabarían absorbidos por las Congregaciones Marianas.

A mitades del s. XIX, la diócesis contaba con unos 700 presbíteros. Se comprendre que con un número tan amplio y por la falta de medios de transporte, la familiaridad se redujera a los compañeros de curso y a los que habitaban en una misma comarca. La mayoría de ellos vivía de su beneficio, ajenos a la tarea pastoral. En las parroquias la predicación estaba en manos de los párrocos.

En ese mundo, D. Ximet rompió sus primeras lanzas en lo que sería después la tónica de su apostolado: Estrechar las relaciones entre los presbíteros y desarrollar un sacerdocio más misioneros, dedicado a la predicación de misiones populares.

El P. Josep Amengual, postulador de su Causa de Beatificación, dice que hizo el tránsito “de un ideal de santidad presbiteral polarizado por el culto al ideal del presbítero pastor". "El ideal del párroco y de los vicarios, durante el s. XIX, sufrió un fuerte desplazamiento. En efecto, comencemos por observar como el ideal de la misión que inspiraba a los obispos, durante siglos se precisaba en esta fórmula: augmentum Cultus Diuini, reformationem & correctionem morum, & uberiorem securioremque salutem Animarum. Esta frase se repitió durante siglos, en las relaciones (de los obispos a la Santa Sede) para las visitas ad limina. El ideal del obispo se centraba en procurar “el aumento del culto divino, la reforma y la corrección de las costumbres y la más abundante y segura salvación de las almas”. En tiempos de la Cristiandad el culto era central, y el obispo debía garantizarlo y fomentarlo, además de promover su calidad y esplendor. Lo raro era que alguien dijera que no creía. Se controlaba la asistencia a la misa dominical y festiva, así como la confesión y comunión pascual. Así se aseguraba la escucha de unos doscientos treinta sermones al año, cuya calidad y comprensión variaba mucho. Es cierto que las mencionadas relaciones, a veces, pocas, aluden a la catequesis para los rudos y a alguna misión popular. Sin embargo, esta vertiente evangelizadora era la que procuraban (no el clero diocesano, sino) los jesuitas, capuchinos, paúles, redentoristas, etc., y en el s. XIX, atrajo apasionadamente al P. Joaquim Rosselló i Ferrà.

Es sólo en la segunda mitad del s. XIX cuando la santidad sacerdotal, todavía centrada en promover el esplendor del culto, progresivamente, todavía no teológicamente, el ministerio va apareciendo como primordial y comienza a ser valorado como forma de santificación. Surge un nuevo modelo de presbítero diocesano”.


Actualización

El obispo de Mallorca, D. Jesús Murgui Soriano, en la homilía de conclusión del Centenario del Fundador (2009) e inicio del Año Sacerdotal de la Iglesia, glosaba así esta figura presbiteral “¡Qué grande fue su vivencia del sacerdocio y qué bien supo entender en qué consiste la entrega y la oblación! Y lo hizo, podríamos decir, en distintos "estados" sacerdotales. Primero, como miembro del clero diocesano, luego en la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, después en la vida de retiro y soledad y, finalmente, en la fundación de una nueva familia religiosa, precisamente de clérigos regulares, destinada a promover la santificación sacerdotal en comunidades predicadoras, evangelizadoras, misioneras, que felizmente han podido llegar a tierras de primera evangelización, donde tienen hoy el florecimiento de vocaciones".


Don Jesús Murgui insistió en algunos temas que le parecían particularmente actuales:

  • El espíritu contemplativo: "Debemos predicar lo que primero hemos conocido y aprendido en la intimidad de los Corazones de Jesús y de María. Y eso quiere decir, que debemos cultivar, dedicar tiempo a la oración, a la contemplación, a la amistad con Dios, al trato de amistad con Aquellos que son fuente de nuestra actuación y compromiso. El Padre Joaquím Rosselló fue una gran alma contemplativa, amante de la soledad "sonora" de San Juan de la Cruz, llena de Dios, y justamente por eso pudo ser una gran alma apostólica, un misionero atento y comprometido con la caridad, con las necesidades del prójimo y un sabio y prudente director espiritual”.
  • El acompañamiento espiritual y el ministerio de la reconciliación: "Es importante, hermanos, redescubrir el ministerio del acompañamiento espiritual, tan ligado, aunque indirectamente, al de la confesión. Su Congregación ha destacado en él. En muchos ámbitos eclesiales se está redescubriendo. Es una gran ayuda para el discernimiento vocacional, y suele ser uno de los caminos ordinariamente de gran ayuda para la santificación en cualquier estado o situación de seguimiento del Señor. No digamos nada del ministerio de la Reconciliación, don del Señor para ahuyentar el pecado, curar tantas llagas espirituales y ayudar a crear la humanidad nueva, redimida por Jesucristo, la que su gracia y su perdón, su Espíritu, hacen posible. Seamos, queridos misioneros, los "embajadores de Cristo para la reconciliación" que quería San Pablo, los ministros de la misericordia del Corazón de Jesús que quería su fundador".
  • La vocación misionera y la centralidad de la Sagrada Escritura: "Prosigamos en la tarea evangelizadora, misionera, llenos de caridad y compromiso con la humanidad, especialmente en tiempos de crisis, deseosos de predicar alimentados de la Palabra de Dios, bebiendo del agua pura de nuestra fe católica: en la misma Sagrada Escritura, así como en la Liturgia, los escritos de los Santos Padres y el Magisterio de la Iglesia. Es ilustrativo al respecto como uno de los biógrafos del Siervo de Dios, el P. Thomàs, recoge que rezando el Oficio en compañía de los primeros misioneros les hacía fijar en pasajes de los Santos Padres adecuados para la predicación".

domingo, 22 de agosto de 2010

Memòries i Records del P. Bartomeu Pericàs (8)


Ministeris parroquials


Quan jo vaig arribar a Lluc la Congregació no tenia a la seva cura més que dues petites Parròquies, la d'Escorca i La Real. El fet d'haver-me format en aquest context parroquial, va fer que –sense renunciar a la meva vocació missionera de la qual vaig parlar anteriorment- vaig tenir sempre il·lusió per la vida parroquial.
Per què? Tal vegada perquè endevinava en la parròquia un camp molt variat de labor pastoral i on tindria ocasió d'administrar uns sagraments exclusius de la parròquia: Baptismes, pastoral de malalts, matrimonis, contacte amb les famílies, presidir moments importants de l'any litúrgic, etc…
Es pot dir que jo he estat lligat amb 7 esposes, 7 parròquies que estim. El meu primer casament va ser amb la parròquia del Coll (Barcelona), que em va proporcionar moltes alegries i algunes males estones. Amb una marcada varietat social. Algunes amb una feligresia molt pobra; d’altres amb ciutadans de classe mitjana; i dues que calia aixercar-les des dels fonamentes.,
De totes guard agradables records, de dues en conserv la memòria de les hores d'ànsia i preocupació i dels moments de satisfacció en contemplar dia a dia el sorgir, des dels fonaments fins a l
a cobertura del sostre, el nou i tan anhelat temple parroquial.
Puc dir que vaig intentar servir-me dels mitjans que tenia al meu abast per donar vida a la família parroquial, sent en alguns camps pioner: Participació en la Litúrgia, reunions parroquials, catecismes, visites a domicili, sales de cinema i de jocs per als nens, televisió i bar parroquial, fulles parroquials, murals, etc…
També vaig veure sorgir algunes vocacions sacerdotals i religioses, encara que no totes van arribar a terme. Ja vos podeu imaginar, que no faltaren els moments de desànim i fracàs. Així ha estat el meu ministeri parroquial.

Per què vaig anar a El Coll

Una vegada que va acabar la guerra Espanyola, el Pare Munar va anar tot d’una a Barcelona, per, veure de prop l’escenari d’aquell desastre del Coll amb els Germans nostres morts. Tenien molt poques ganes de tornar allà; molt poques ganes. Però no volien deixar de tenir una residència a Barcelona. Se varen fer gestions, i aleshores el bisbe de Vic i D. Pep Morell –perquè coneixia molt de personal de la Cúria de Barcelona- miraren a veure si ens deixarien posar una nova Residència. A Barcelona en aquell temps hi havia el Col·legi de Rectors, i a pesar de que Barcelona va quedar pobre de clergues, no varen permetre de cap manera que s’hi aficassin religiosos a dins l’àmbit parroquial.

Per reverència al bisbe, i D. Pep que també tenia molta de mà esquerra, ens feien aquesta proposta: que nosaltres posàssim un pis pel nostre compte dins una demarcació parroquial molt gran (me pareix que era la parròquia del Rosari o la parròquia del Pilar, que en aquell temps tenia unes seixanta mil persones i només hi havia una única parròquia) i començaríem de Vicaris, i allò no va quadrar molt... i se va aturar.

Hi havia també unes monges que pel carrer Aragó venien un Convent amb capella, etc. D. Tomás punyia molt perquè compràssim allò; però no se va fer. I aquella fundació de Barcelona va quedar com una mica morta.

Llavors es va donar el cas de que el Dr. Modrego va fer una divisió nova de Parròquies, i posaren Ntra. Senyora del Coll com a Tenència, que era com una quasi-parròquia, que de fet era Parròquia. Lo que només tenia el títol de Tenència-parroquial de Sant Jordi.

L’església era nostra i se va anar ja madurant allò, i aleshores, quan se va pensar de cercar personal varen pensar que jo, que estava a Vic, era es qui estava més ambientat amb Barcelona, i va venir amb mi en la primera remesa el Pare B. Roig, com a Vicari, i el Germà G. Cerdà com a Germà Coadjutor.

Vàrem començar, la nostra activitat pastoral el dia de la Mercè, i vàrem fer la primera Missa; va venir relativament poqueta gent; l’església estava encara, tota ennegrida pel fum. La Casa era l’edifici de les escoles, però estaven fetes un desastre: no hi havia un vidre sencer. Durant l’abandó, un jesuïta així mateix hi havia anat i hi havia fet un Catecisme, amb un grup de joves de a Congregació Mariana, però ho vàrem trobar tot molt desmanegat

Abans d’anar-hi, estant a Vic, ja hi vaig anar, vaig mirar de contractar un picapedrer, en Juanito, i aquest mestre d’obres, va anar arreglant els locals, just lo indispensable, per poder-hi viure.

Les aules grans les distribuirem amb habitacions; en deixàrem alguna. Férem el menjador a baix, la cuina, la biblioteca, la sagristia... Vàrem començar la nostra activitat de pastoral allà, poc a poc; trobàrem un ambient molt poc favorable; lo mateix la barriada, qui la veu ara i qui la va veure!, no se sembla ni s’ateny. Allà hi vivia molta gent de qualsevol manera. Les “torretes” d’estiuejants que hi havia abans de la Guerra s’havien abandonat.

Record es primer Nadal que hi férem; vingué una multitud de gent a cercar subsistències, lo que de Càritas ens donaven, ens ajudava, però no ens bastava ni prop fer-hi, i vàrem haver de posar doblers, etc.

En quan a comunicacions estava molt malament. Només arribava el tramvia fins al Pont de Vallcarca; lo demés ho havíem de fer a peu. Vaig fer gestions amb l’Ajuntament per veure si ens posarien autobusos, però no aconseguirem res. El taxi tampoc funcionava bé perquè no hi havia benzina; anaven amb carburadors d’aquells a base de la combustió de clovelles d’ametlla, i quan els dèiem per pujar allà dalt, sempre s’hi negaven; els havíem de mig enganyar i pujàvem fins allà on podíem, i llavors no teníem mes remei que seguir a peu.

Vàrem començar a fer una mica d’amistat amb els al·lots, fins que llavors vàrem iniciar una escoleta. S’havia conservat a damunt la sagristia un aula que havia fet el Pare F. Reynés i allò era la primitiva classe; no era l’edifici nou que havien fet lo que dèiem els “rojos”, i allà hi vàrem posar una escoleta i, clar, per tenir material escolar no teníem doblers. Record que vaig anar a l’Ajuntament i vàrem fer unes gestions. Allà, aleshores, hi havia un senyor que era el secretari del Batle, que estava casat amb una mallorquina i que eren un poc “butifarres” de Mallorca, i degut a aquesta relació ens varen concedir bastant de material escolar usat, però que estava en molt bon estat.

Vàrem començar modestament a reunir joves; teníem una persona veïnada, molt bona persona, que li deien D. Enric, i ens va ajudar bastant. Era un senyor molt manyós i vàrem fer un caramull de coses.

Llavors també me vaig relacionar amb una família de Sant Jordi una família molt numerosa, també molt bona família, tradicionals, des d’un punt de vista cristià, però també catalanistes fins al fons; i aquesta família també me va ajudar molt, sobretot un que nomia Josep; era la família Tontres i me varen ajudar molt; amb aquesta família me vaig relacionar amb la Parròquia dels Josepets, i uns quants senyors d’Acció Catòlica, me varen venir a ajudar des d’un punt de vista pastoral i també econòmicament.

El rector dels Josepets, me va fer consiliari dels homes d’Acció Catòlica: jo anava a fer cercles d’estudis allà i al mateix temps me va oferir predicació; cada diumenge si hi volia anar, predicava a dues misses i per cada sermó me donaven cinquanta pessetes, que llavors eren molt. Endemés, quan tenien funerals ens avisaven, i ens oferien fins i tot poder dir la missa de difunts d’aquell funeral i cobràvem més. Els Josepetes era una parròquia econòmicament bastant potent. El que ens donaven eren doblerets que pujàvem allà dalt i ens ajudaven, però també ens costava prou sacrifici perquè un que havia de dir missa a les dotze, volia dir que no podia menjar ni beure cosa alguna! Des de la mitja nit anterior.

Aquesta família, record que ens deixava una maquineta de fer cine; cada setmana l’havíem d’anar a cercar i l’havíem de tornar i això, no teníem més remei que fer-ho a peu!, Senyor, a peu, i la màquina devia ser de pas setze mm, que deien, i a davall el braç, i anar a comprar o llogar una pel·lícula per entretenir els al·lots els diumenges desprès del catecisme.... Va ser dur tot allò: al principi va ser dur. Vàrem trobar també correspondència; vaig tenir les meves alegries sobretot per aquesta ajuda i aquesta gent; trobàrem qualque família bona, que ens va ajudar, etc.

A l’entretant, vàrem començar a arreglar l’església així com vàrem poder; les pintures havien quedat molt deteriorades, i estant jo a Vic, vaig conèixer un germà del qui havia pintat l’absis de l’església, i que era capellà, i tenia un nebot que també pintava en el mateix estil, etc. Me vaig relacionar amb ell perquè ens repintàs l’absis.

Aleshores, hi havia per Barcelona aquest cèlebre Tomeu Enseñat del folklore de Sóller, etc. que estava casat amb una tal Enseñat també, que tenien una fàbrica de teixits; se donava el cas que havia estat blavet amb mi i me va pagar el pintat de tot l’absis, que no sé si li va costar dues mil pessetes o tres mil pessetes de llavors.

Mitjançant el Pare Roig, un que havia estat Alferes Provisional ens va pagar la primera campana. Record que férem una gran festa: beneirem la campana, beneirem les pintures i no sé si encara alguna altra cosa més.

La imatge de la Mare de Déu la varen trobar desprès, i el Bisbe Perelló la va reclamar i la varen reconèixer per part de la Generalitat i ens la tornaren; però havia estat amagada dins un lloc humit, i estava molt malmesa. Aleshores la varen dur a Vic, i abans d’anar al Coll, jo la vaig fer restaurar, amb l’assessorament artístic del Dr. Junyent, que era el conservador del Museu, i allà un restaurador molt bo que hi havia, ens la va restaurar.

Acabada la restauració la vàrem dur al Coll, però en comptes de posar-la en seguida a al culte, vàrem esperar una temporadeta i, quan ja vàrem tenir allà un poc d’ambient i un poc de coneixença, sobretot amb aquesta parròquia dels Josepets, vàrem fer l’entronització solemne. Des de la parròquia de Sant Jordi la varen dur en processó i hi va venir bastanta de gent; i ens va sortir un capvespre molt bell, i un començament diríem de renovació del culte d’aquella Mare de Déu.

Hi vaig estar tres anys, fins que llavors el Pare Rotger se’n va anar crec que a Amèrica i jo vaig tornar anar a Mallorca i me vaig dedicar aleshores a predicar missions; però en tenc molts de records d’aquells tres anys, que varen ser durs; era terra de missió allò. Dins la nostra mateixa parròquia hi havia xavolisme; un poc més enfora, tot el Carmel, tot allò estava ple de xavoles, de barraques.

Al Carmel hi havia una ermiteta, i una senyora que se’n cuidava ens va comprometre a veure si hi volíem anar a dir missa els diumenges; i els diumenges jo hi anava quan havíem acabat a El Coll; allà podia predicar en mallorquí, perquè a El Coll tot ho fèiem en castellà.

Aleshores venia a aquella missa aquell literat que vivia per allà d’alt que li deien Joan, Sales amb la seva senyora Núria, que era molt devota; hi venia, perquè a El Coll no hi volien venir; ella la senyora hi venia, però no li agradava gens que parlàssim en castellà, però com que quasi tots eren castellans no teníem més remei que fer-ho així, en castellà. I allà, en el Carmel parlava i feia el sermonet en mallorquí, en català. Record que una vegada desprès de la missa va entrar un home, que me va dir diu: ¡quina cosa més gran! en tot Barcelona per poder sentir un sermó en català he hagut de venir a l’ermiteta del Carmel!


lunes, 16 de agosto de 2010

Los MSSCC en África (II)

Hay palabras peligrosas, palabras prohibidas que no se pueden predicar ni para animar la esperanza. Lo experimenté, por ejemplo, en tiempo de la dictadura militar argentina en un adviento en que tocaban las lecturas apocalípticas de Daniel. Palabras que no se podían escribir en una república caribeña, pongo otro ejemplo, hablando simplemente de pobres y oprimidos, el obispo puede llamarte la atención; o atreverte a comparar el país con un batey de haitianos cortadores de caña, porque resulta denigrante. No tengáis la ingenuidad de escribir Apocalipsis 19, 17-18: “Venid, reuníos para el gran banquete de Dios: carne de reyes, carne de generales, carne de poderosos…” Porque la embajada americana puede obligar a retirar toda una edición de miles de ejemplares. Hay palabras desterradas del diccionario como la palabra “gen…”, mejor no la escribo; o la palabra “traspasados” aunque se hable en términos de espiritualidad.


No está bien visto recordar que los pobres son empobrecidos. Denunciar que los marginados son traspasados por muchas lanzas, espadas y opresiones siempre bien afiladas… Ya lo sabían los antiguos mayas cuando pintaban un corazón traspasado en sus pirámides. Y reconozco que este lenguaje de liberación no lo ha tenido fácil para penetrar en nuestras comunidades africanas. Allí se hablaba más de inculturación cuando nosotros mencionábamos las palabras claves opresión-liberación.


Por esto me alegro de comprobar como el mismo Boletín de nuestro noviciado inter-africano está coloreado desde su mismo título por nuestra espiritualidad propia: Le Transpercé, El Traspasado. Y como en el número especial sobre Historia de las Delegaciones Africanas frecuentemente los novicios habla, con naturalidad, de la promoción hecha por la Procura de Misiones y por la Fundación Concordia en términos de servicio al Traspasado (Jesucristo) en los pobres traspasados, por la evangelización y la promoción social.


En este post quisiera recuperar un Taller que hicimos en Artajona (Navarra), en un lejano Julio de 1997, para salvarlo del olvido. Éste fue el resumen que preparamos para el momento de compartir con los otros grupos.


Claves de la espiritualidad renovada desde la Biblia y desde los pobres.

1° En un mundo sin corazón queremos poner corazón:

Con esto queremos expresar nuestro deseo de vivir la espiritualidad de los Sagrados

Corazones como respuesta al sufrimiento atroz que sufre nuestro pueblo r. en estos momentos, con el compromiso genérico de defender los derechos humanos como derechos divinos.


2°. Contemplamos al Traspasado junto a María al pie de la cruz:

* Contemplar al Traspasado

La revelación más clara del Amor de Dios, la descubrimos en Jesús crucificado y resucitado, o sea, el Traspasado de la escena de Jn 19 (Cfr Reglas, 10). Esto significa:

- que no condenamos a nadie, sino que acogemos a todo el mundo con misericordia.

- nos negamos a creer que tanta sangre ha sido derramada inútilmente. Al contrario

creemos "contra toda esperanza" y trabajamos para que llegue un futuro mejor

- si vivimos nuestra espiritualidad, aportamos algo importante al pueblo de R. y justificamos la presencia de nuestra Congregación allá.

.

* Junto a María, nos situamos al pie de los crucificados de la tierra, en el lugar privilegiado que es el calvario del pueblo r.

Esto se hace en un proceso que tiene diversos niveles:

- interesarse y ayudar a los pobres y sufridos

- colaborar en sus causas y luchas

- vivir con ellos y como ellos


3°. Reconocemos la imagen viva del Corazón de Jesús en nuestro pueblo crucificado, que se parece al Siervo de Yavé.

Pero ¿cómo sabremos con exactitud en qué sentido el pueblo r. es hoy la continuación del Siervo de Yavé?

- es un pueblo privado de todos los derechos fundamentales, ante quien se vuelve el rostro porque ya no es noticia

- es aquella parte del pueblo que intenta implantar un nuevo derecho y justicia: pisoteado, no se venga, sino que lucha por la liberación de todos (no sólo de su etnia, raza o su familia) y repara las ruinas dejadas por el odio y la guerra

- especialmente son aquellos y aquellas reprimidos y perseguidos cuando se consagran a la reconciliación nacional y a la defensa de los perseguidos

- y, sobre todo, aquellos poquitos que tienen conciencia de que su vida y muerte pueden dar luz a un nuevo pueblo, verdaderamente cristiano y unido.


4°. Nos proponemos construir la imagen de los Sagrados Corazones

- en una Congregación contemplativa, unida, inculturada y misionera.

- en unos laicos y laicas que participen de nuestra espiritualidad y misión.

- en un pueblo que llegue a unir las diferencias raciales y regionales en una sola patria; la identidad cultural con la fe cristiana en una iglesia más africana; el ser hombre o mujer en una humanidad nueva.


martes, 10 de agosto de 2010

125è Aniversari de la Coronació de la Mare de Déu de Lluc


Avui celebram un nou aniversari de la Coronació. El periodista Mateu Cladera diumenge passat començà a publicar uns reportatges amb l'eslogan de G. Janer Manila: "Lluc, el lloc on és possible els miracles". Quin valor històric té la trobada de la Mare de Déu de Lluc? Quin contingut de fe i de identitat que justifiqui la voluntat d’encomenar-ne la devoció i el culte als vostres fills?

Heu de saber que sobre aquest tema l’any 1642, el bisbe Fray Juan de Santander ja n’obrí un procés d’investigació, fent estudiar el relat de la trobada i 70 miracles amb una cinquantena de testimonis[i].

La trobada del monjo i el pastor pareix que cau dins el gènere de la llegenda popular (“retroprojecció” barroca de la invenció). Però l’argument pràctic, actual i existencial que convenç són els miracles rebuts: “Una prova vertadera del patrocini de la Moreneta sobre Mallorca”.

I avui m’agradaria parlar-vos breument d’aquest procés[ii], de quines eren les gràcies més demanades i com l’home i la dona del segle XXI no som tan diferents dels avantpassats. En el fons, d’una pasta fràgil i trencadissa que necessita l’alè del cel.

1. Protecció en els viatges

El primer ”miracle continu” que fa la Mare de Déu es refereix a “la dificultat i asprura dels camins”. Diu el col·legial Rafel Busquets: “El qui veu la freqüència, sobre tot durant l’estiu, en què els peregrins van i venen de Lluch, uns a peu descalç per aquelles penyes, altres amb els genolls nus per terra, altres vestits de cordes, altres amb barres de ferro i creus pesades al coll, altres assotant-se i banyant el camí amb la seva sang. Uns venen a cavall, molts altres amb males cavalcadures, aportant dones, minyons o persones baldades; bèsties carregades, baixant uns i pujant altres, topant-se en llocs molts perillosos, qualsevol pensarà que les desgràcies han de ser molt freqüents en aquest camí; però la protecció de Ntra. Senyora de Lluch és tan gran, per lo molt agradables que li són aquestes peregrinacions, que no hi ha memòria de que cap peregrí haja patit cap dany greu...” [iii]

I això que en el santuari duien compte exacte de les bèsties que s’estimbaven i d’un gran nombre de mariners salvats dels perill de borrasques.

És clar que avui hi ha més facilitats, però ha augmentat el tragí de les carreteres i dels aeroports i no han disminuït els perills dels viatges.

2. Salut per les malalties

El peregrins de Lluc pujaven sobre tot a donar gràcies o a demanar salut. De fet, consta que a la primera capelleta, devora l’altar de la Mare de Déu, n’hi havia un altre dedicat als sants metges.

Curacions de tota casta: De Margalida Serdana, de Porreres, tullida i amb crosses; de Gabriel Estelric, de Santa Margalida, ferit d’un tir d’escopeta a la boca; del fornalutxer Joan Escales, hidròpic, que “feia por no solament als minyons, sinó als homens”; d’un ferrer amb una cuixa dislocada; d’en Jaume de Son Llobera, de 16 anys, salvat d’una caiguda a la mar quan cercava fonoll marí, mentre vigilava a la torre de Ca la Mitjana,...

Entre totes, destaquen les guaricions d’infants, i entre ells l’escolania al servei de la Mare: Així trobam a Pere Mateu, de Selva, que als 7 anys encara no parlava; a Magdalena Carbonella, de 4 o 5 anys, deixada per morta; d’un minyó de Lluc Alcari, que surava dins un safareig per la patena lluquera que duia al coll... Un ex-vot recorda al blauet Joan Mateu, d’Alaró, que caigué de la torre fugint de son pare que l’assotà.

Avui molts venen atrets pel turisme religiós, per l’ecologia o per l’art. Però la petició de salut és de les més repetides al Llibre d’intencions del Cambril. I els abusos infantils, una plaga que no hem sabut vèncer.

3. Defensa contra la violència

Hi havia un pobler que oferia un moltó cada any, perquè la Bona Pastora li guardàs el ramat dels lladres; Miquel Llinàs, de Selva, escapà miraculosament de 15 assaltants, amb moltes arcabussades, al Coll de la Bataia; o aquell home (Alessandro Suave, genovès), que arribà a la plaça de Lluc quan els pagesos sortien de missa major, “en camiseta, descals i sens sombrero, tot vermell de sanc”; o el perill dels moros que incursionaven de la costa[iv].

Evidentment, hem guanyat confort i democràcia al preu de perdre seguretat. La violència (en forma d’assalts, robatoris, assassinats o terrorisme...) converteix la societat en una selva..

4. Parelles i matrimonis

Tots sabem que la jovenea invocava a la Mare de Déu a l’hora de cercar un bon partit, com en dona fe el glosat popular: “A Lluc, vareu anar a Lluc, / i a Lluc vos hi sou casada”. O aquells: “He de mester una berganta / guapa. ¿Per què no la’m dau?”. “Verge de Lluc consagrada, / concediu-la’m, si convé”.

El procés parla del matrimoni de Gabriel Capó i Saurina Capona, colgats a una cel·la, quan a les 3 de la matinada els caigué damunt una mitjanada, sense conseqüències: “Només un bravarolet en la cama, del tamany d’un dobler”. En temps de tanta violència domèstica, no podem deixar d’esmentar el marit gelós que tirà la dona a una sínia; o la famosa Bella Dona, que més que fet històric, sembla una llegenda comú a les Cantigues de l’Edat Mitjana, i que palesa la protecció de la Mare de Déu sobre dones innocents.

Potser que els nostres pares encara pujassin a Lluc la primera nit de noces, o quan els fills es feien esperar. Molta gent encara presenta a la Moreneta els seus enamorats i prega pel bon èxit de les unions que es fan.

5. Obligació de compartir

El procés parla de certa persona d’Inca curada que, “essent al fossar, alsà los ulls a les montañes de Lluc i demanà a Nostra Senyora le socorregués, que no tenia que menjar”. El Santuari es considerava un bé dels pobres i predicava l’obligació de compartir els bens amb els necessitats. De què serveix la salut si no es poden mantenir?

En aquesta línia, creien que deixà de córrer la Font Cuberta perquè l’amo no volia donar aigua als peregrins, fins que el cavaller Tomàs i Tomàs comprà la finca i la regalà a la Mare de Déu; o la processó de rogatives de Selva, beneïda amb una pluja tan forta que la retengué al Santuari, i amb una maina de pa i oli; Pere F. Benejam, rector de Selva i antic col·legial afirma: “que.s tenia per tradició, que moltas vegadas se era vist faltar vituallas i pareixia que no se aminvaven, i en particular lo oli”.

El Santuari té cura de formar la nova consciència que uneix fe, caritat i solidaritat.

6. Confessió dels pecats

Els col·legial donen testimoni de molts peregrins moguts a confessar-se a Lluc i que rebien “un auxili particular ab gran desig de confessar los pecats callats”. Prenien tan seriosament aquest tema de la confessió, que s’assegura que la Mare de Déu (“amb un punyal als pits”) impedí per tres vegades l’entrada al temple a una dona que no s’havia penedit; Andreu Mateu, amb remordiments de què el seu fill no parlàs perquè ell no havia complit el vot; o d’un altre un home que s’aufegava perquè no complí la promesa de confessar-se...

Avui s’ha perdut molt el sentit de pecat, i no acabam de veure com s’ha de recuperar l’itinerari senser del peregrí que no baixava sense reconciliació dels pecats, pregària i celebració eucarística.

7. Conclusió

La imatge de la Mare de Déu, com una brúixola, guia l’homo viator, el caminant que cerca la Terra Promesa, el peregrí cap a la Pàtria de dalt. En llenguatge d’avui, el Santuari ens ajuda a trobar la nostra ànima.

La Santa Figura ens recorda que som imatge de Déu. La salut d’ànima i de cos és un dret fonamental. La preocupació per els més febles, els infants. La voluntat de continuar la institució de l’escolania, que en nom de les famílies cristianes de Mallorca, serveix, canta i s’educa als peus de la nostra Mare.

Ella que és Negra, vol que totes les persones, pobres i indefenses davant les inclemències naturals, les injustícies deshumanitzants i els poders fàctics, trobin protecció per a viure dignament i s’obrin a la transcendència.

Ella que és la Mare del bell Amor, beneix els enamoraments dels joves, les unions que es fan i es desfan, els matrimonis cristians. Nostra Dona i Senyora es compromet i compromet els devots en l’alliberament de les dones de tota casta de violència.

Ella que és Maria de Natzaret, dona de fe, dona del poble, posa el seu Santuari al servei dels humils i dels pobres. Recorda que la fe du a compartir amb els necessitats.

Ella que és Mare de la nostra Església, predica la peregrinació que agrada a Déu: Que ens penediguem dels pecats i ens reconciliem amb els germans.



[i] L’ha publicat G. Llompart, “Nostra Dona Santa Maria de Lluc” a ANALECTA SACRA TARRACONENSIA BALMESIANA. Barcelona, 1989.

[ii] “Y es preciso que la lectura de los textos se haga, para poder apreciarlos en su verdadero valor, trasladándonos a unos tiempos en que las hambres eran más que las harturas, en que las pestes y enfermedades ocasionaban grandes mortalidades, en que los transportes eran escasos y algo tan placentero hoy como una simple subida a Lluc, podía ser un tour de force y un peligro de vida para la salud física de un peregrino tan creyente como delicado” Llompart, 269.

[iii] R. Busquets, Llibre d ela invenció i miracles de la prodigiosa figura de nostra senyora de lluc. LUCUS. Santuari de Lluc, 1989, p.80.

[iv] “jo he oit que quan los moros vingueren (a) Albarca venían a Lluc i que un home sol ab un ca, invocant a NS de Lluc, los espantà”.

Fotografies de la capella de la Mare de Déu de Lluc de l'església dels SS.CC. (Ciutat)