viernes, 22 de julio de 2011

MENSAJE CAPITULAR AL TERMINAR EL XVIII CAPÍTULO GENERAL


A nuestros hermanos Misioneros de los SS. Corazones:

religiosos, laicos y laicas.

A los distintos grupos y colaboradores de Concordia.

A nuestros familiares, amigos y bienhechores.

Y a todos los que trabajan con nosotros en la misión.

Con la Eucaristía en honor a nuestros Mártires del Coll finaliza el XVIII Capítulo General de nuestra Congregación.

Hemos vivido jornadas de encuentro, oración y trabajo, llenas de ilusión y esperanza, mezcladas de abrazos y recuerdos.

Hemos experimentado que como la hiedra, separados somos débiles, pero unidos nos hemos hecho fuertes.

El Espíritu del Resucitado ha animado nuestro trabajo. Hemos sentido el cariño y la oración de muchas personas, manifestados en los múltiples mensajes recibidos.

Creemos que los Sagrados Corazones son en nuestra espiritualidad un icono de la Iglesia que, como Pueblo de Dios, camina en la historia y es invitada a formar una comunidad centrada en el misterio Pascual.

Iglesia, espacio de acogida y de servicio; fraterna, sororal y comunitaria; solidaria y cordial; pobre y amiga de los pobres.

Nuestra Congregación avanza en el convencimiento de que el Padre Joaquim nos soñó como un árbol con dos ramas: religiosa y laical; contemplativos y servidores del Traspasado en la transformación del mundo. Constructores de la civilización del amor. Familia que quiere educar desde el corazón en sus colegios y desde una pedagogía de la fe y de la solidaridad.

Abrimos nuestras “tiendas” (Is 54,2) a todas las personas sensibles ante los traspasados y a los jóvenes que desean ser educados y vivir en la cultura del corazón.

La Fundación Concordia es un instrumento privilegiado que los Misioneros de los Sagrados Corazones hemos puesto en marcha para la realización de la misión. Con ella expresamos de un modo visible la práctica de la misericordia y la compasión con todos y todas y sobre todo con los traspasados, víctimas y empobrecidos, compartiendo alegrías, penas, luchas, angustias, bienes y vida.

Queremos ser competente socorro donde la vida reclama; donde la creación entera gime; donde la imagen de Dios en el ser humano es pisoteada.

Al final de este camino nuestras alforjas están llenas de ilusión y esperanza que compartiremos con nuestras comunidades, delegaciones, grupos de LMSSCC, voluntarios/as de Concordia, claustros de nuestros colegios, amigos/as, familia-res, bienhechores, etc.

Contamos para el futuro con un nuevo equipo de Gobierno; con la entrega y la fidelidad de tantos misioneros del pasado, del presente y de generaciones futuras.

El contenido del Capítulo en manos de todos, se convertirá, sin duda, en fuerza creativa y animadora de este “pequeño rebaño” a quien hoy se le dice: “No temáis, yo estoy con vosotros”.

Santuari de Lluc, 22.8.2011

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