LA SAMARITANA Jn 4, 5-42
(Seguimos con el "Curso para aprender a danzar con Jesús", dirigido por Mª Carmen Ferrero hcsa)
En la danza no cabe la rigidez, la danza nos habla de flexibilidad, de abandono, de VACIAMIENTO total, de sabernos y sentirnos SOSTENIDAS por el abrazo del “DANZANTE”. Así que, en este aprendizaje que vamos recorriendo, hoy nos toca: APRENDER A ABANDONARNOS… VACIARNOS…
Detenemos nuestra atención en ese cántaro que va y viene al pozo, pero que no es capaz de saciar nuestra sed… Todos los días lo mismo: coger el cántaro vacío, ir al “pozo” y volver… No hay más anhelos ni más deseos. La rutina nos impide descubrir la NOVEDAD del AGUA que salta hasta la vida eterna y, que nos regala ese NOMBRE nuevo con el que Dios nos sorprende cada día y, con el que nos invita a dejar “nuestro cántaro” vacío junto al pozo…
Dejar el cántaro y aventurarnos a vivir desde el abandono, despojadas de todo aquello que nos impide Saborear el Agua Viva.Para Danzar es imprescindible DESPOJARSE de todo lo que nos impide “movernos “al compás del Espíritu y, descubrir su Presencia amorosa en cualquier “medio día” de nuestra vida. Necesitamos despojarnos de todo lo que nos impide vivir en plenitud:
Despojarnos de ideas aprendidas que paralizan nuestra “danza” porque andamos divagando si es en este monte o en el otro donde hay que adorar a Dios, si es este el “lugar sagrado” o es otro… Y en las cavilaciones mentales se nos escapa la oportunidad de vivir la vida y lo cotidiano, como el ESPACIO SAGRADO por donde Dios se nos manifiesta.
Despojarnos de esas ideas que nos hacen vivir desde la superioridad y nos van conduciendo por el camino de la intolerancia, dentro y fuera de nuestros espacios comunitarios… “¿Vas a ser tú más que nuestro padre Jacob?”
Despojarnos de esa agua que no sacia nuestra sed profunda – sólo apacigua nuestro ego- y abandonarnos a la corriente desbordada, Fuente de vida en plenitud: “Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboca la corriente, tendrán vida…Y habrá vida dondequiera que llegue la corriente” (Ez 47,1-12). Esta es el Agua que sacia nuestra SED
Sólo cuando nos despojamos de todo lo que nos impide vivirnos en plenitud, es cuando podemos abrazarnos al Danzante y permitir que ese Abrazo vaya marcando el ritmo de nuestra vida con movimientos de abandono y despojo… no para “hacer” la voluntad del Padre, sino para SER su voluntad en el AQUÍ y AHORA…
Dios no “necesita” que vayamos día tras día a buscar el agua, no “necesita” de nuestros agobios y tareas, de nuestras acciones para “hacer “su voluntad… Dios quiere que SEAMOS su VOLUNTAD…que dejemos a Dios SER a través de nuestra “forma”… así saciaremos nuestra SED profunda, que sólo puede saciarse desde Él, que es el AGUA y la SED.
Y esto es abandonarse, vivirse desde la DOCILIDAD de fondo, de esa Docilidad que nos Habita y que llamamos: Dios, Presencia, Abbá, Agua, Sed… MISTERIO.
Danzar al ritmo de la Música del Padre, es dejar que las cosas sucedan y entregarnos a lo que acontece, desde una CONSCIENCIA y Atención plena que nos permita experimentar que: “No tener nada es tenerlo TODO” (Maestro Eckhart ), que dejando el cántaro vacío junto al pozo, paradójicamente, no tendremos jamás más sed… porque sólo en Él encontramos: el pozo, el agua, el cántaro y la SED…UNIDAD que no deja nada fuera, UNIDAD en la que TODO ES y en la que todos SOMOS.
Este es el lenguaje de Dios: perder para ganar, menguar para crecer, despojarnos para experimentarnos PLENOS en su PLENITUD.
Abandonarse… vaciarse… no aferrarse a nada para poder sorprendernos por el derroche del TODO.
Desde el Despojo, es desde donde nace nuestra capacidad de asombro y nuestra capacidad para VER y ACOGER la DESMESURA de Dios, que sobrepasa nuestras pequeñas expectativas:
El hijo pródigo sólo buscaba el perdón del Padre para poder comer… y se encontró con el Padre que corrió a su encuentro y se fundió en abrazo hecho Derroche y Fiesta.
Los jornaleros de la plaza buscaban el salario de última hora, y se encontraron con una “paga extra”.
Los discípulos de Emaús sólo querían desahogar su corazón afligido, y sintieron como su corazón abrasaba.
Danzar desde el ABANDONO… nos va introduciendo en la Danza de la DESMESURA: donde no tener nada… nos conduce a la experiencia del TODO.
¿Por qué si Dios es la DESMESURA nos empeñamos en seguir “bailando” la danza de la posesión, y nos cuesta desprendernos de tantos “cántaros” que no sacian nuestra sed, y nos hacen mujeres rígidas y sin movimiento ante la Música de la Banda Sonora del Reino?
“¿Con quién te compararé? ¿A quién te pareces?... Tocamos la flauta en la plaza y no bailaste ni te alegraste”
Tomar conciencia de la Melodía del Reino, es atrevernos a escuchar la Música que nos habla de abandonar nuestro cántaro vacío y, consentir que su Manantial de Agua Viva nos colme hasta la DESMESURA… hasta el DERROCHE.
El que no vive despojado de sí mismo, es incapaz de “percibir” el susurro de la “DANZA”, incapaz de lanzarse a la corriente, porque le basta “su gota de agua”… Y al mirarse, solo puede ver el reflejo de su propia imagen.
El DESPOJO, el ABANDONO… nos va conduciendo a esta DANZA que nos hace “girar y girar” siempre desde el Centro… Y desde ahí, HABITADAS y llevadas por el DANZARÍN, saborearemos el GOZO de sentirnos y sabernos ENAMORADAS…
Desde el CENTRO… AMOR, AMANTE Y AMADO SON UNA SOLA COSA… Y al “mirarnos” veremos la Belleza de Dios…UNIDAD de todo lo que ES. Derroche de AGUA VIVA.
Foto de Victória Cànaves (Museo de Lluc)
És curiós. Sembla que molta gent s'ha posat d'acord per tald e seguir una línea ben definida aquesta Quaresma. Tot un fenòmen digne d'aprofundir i de saber quines motivacions i aspiracions inconscients hi ha al darrere.
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