1. “¿Por qué no se suicidan los pobres?”
Anteanoche concluimos el taller sobre Lectura Comunitaria de la Biblia que hemos hecho en Selva, el lindo pueblo que está a la falda de nuestra Sierra. Este año hemos tenido el privilegio de dedicar 6 domingos a la proclamación litúrgica del Sermón de la Montaña. Desde luego no bastan, y hacemos el propósito de abrir de nuevo el evangelio para hacer una lectura más personalizada del conjunto Mt 5-7. Comentamos las respuestas que vienen en el último número de Foc Nou a la pregunta: Cuál es tu sermón de la montaña. Coincidimos en los versículos preferidos sobre”bienaventurados los misericordiosos”, “no se angustien por el mañana”, “busquen primero el Reino de Dios”…
A mí me han hecho bien estas palabras de V. Codina: “A la pregunta de Gustavo Gutiérrez “¿dónde van a dormir los pobres?”, podemos añadir otro interrogante: ¿por qué no se suicidan los pobres?, sino que luchan por la vida, se casan, tienen hijos, esperan un mañana mejor, compran flores y celebran fiestas? La respuesta es profunda y sencilla al mismo tiempo: el Señor que les revela los misterios del Reino suscita en ellos una gran esperanza, sienten que Diosito siempre les acompaña… por esto el pueblo no se suicida colectivamente” (“La fe de los insignificantes”, RLT 76(2009)89-97).
Recogemos la queja de que esta propuesta de Jesús no esté todavía bastante en las manos del pueblo. Con su radicalismo, su honestidad y la paz serena que infunde como una gracia. Nos proponemos formar dos grupos (en Selva y Campanet) que continúen alimentándose con el evangelio dominical.
2. Escuchar y practicar
Hoy leemos la conclusión del Sermón de la Montaña: “El criterio de discernimiento es claro: los frutos. No es cuestión de doctrina correcta, de ortodoxia, sino de ortopraxis. Jesús anatematiza a los que nunca recorrieron la senda del pobre y al final se encontraron sin los frutos del reinado: “lo que no hicieron a uno de estos más pequeños no me hicieron a mí” (La Biblia de nuestro Pueblo). No basta el devoto reconocimiento de la divinidad de Jesús (Señor, Señor), ni las obras extraordinarias (profecías, exorcismos y sanaciones) si no nacen del amor ni tienden a construir una humanidad nueva.
“Ser cristiano implica la práctica de los preceptos de Jesús. En esta práctica hay experiencias de gracia y de oración. Esto lo proclama el sermón de la montaña desde las bienaventuranzas hasta el final. De esta práctica depende la supervivencia o la ruina en el juicio” (U Luz).
Jesús habla de dos clases de personas, la diferencia está en si construimos nuestra vida (la casa) cumpliendo la doctrina de Jesús, cuyo meollo son las bienaventuranzas. Sólo así seremos capaces de resistir el embate de las crisis, persecuciones y desastres.
3. ¿Construimos sobre roca o arena?
Prueben de escribir esta pregunta en el buscador de internet y se sorprenderán de la cantidad de respuestas. La doble parábola de Jesús es muy actual, y la podemos aplicar a los niveles que nos interesen.
- Edificar nuestra propia vida
¿Es la Palabra de Dios la PIEDRA FIRME en la cual estoy construyendo mi vida? ¿Dónde he puesto mi confianza, en mis propios criterios o en la Palabra de Dios?
Cuando llegan las lluvias y las tormentas a mi vida, ¿siento que mi vida se cae como la casa construida en arena o me siento como una Piedra Firme?
¿Cómo puedo empezar a construir mi vida sobre una piedra firme? (cfr http://www.lectionautas.com)
- Ante la crisis económica mundial:
Las palabras del papa Benedicto XVI (06.10.2008) vuelven a resonar este domingo y suscitan muchos comentarios; "Vemos con el colapso de los grandes bancos que el dinero sencillamente desaparece, que no significa nada, y que todas las cosas que nos parecen tan importantes, en realidad son secundarias. Quien construye la casa de su propia vida sólo en base a las cosas materiales visibles, como el éxito, la carrera y el dinero, construye sobre arena . Sólo la voz de Dios es la única realidad duradera" .
¿Qué opinamos nosotros: Nuestra economía se funda en arenas movedizas?
- ¿Qué fundamentos tienen nuestras Instituciones? Francisco Rodríguez Barragán hace un comentario muy radical sobre la crisis de valores de la familia, la educación, la organización política local, autonómica y estatal de España, la Comunidad Europea o la ONU: “ Qué podemos hacer? Propongo, para empezar, que cada cual revise su propia vida y vea si la está construyendo sobre la roca firme de valores permanentes o sobre la arena movediza del consumismo, el hedonismo, el relativismo y el mínimo esfuerzo”.
- La Iglesia en América Latina y el Caribe: ¿está edificada sobre roca o sobre arena?
Les invito a leer el valiente artículo de mi admirado condiscípulo Pablo Richard, donde analiza los 6 fundamentos mínimos que permiten a la Iglesia Latinoamericana resistir “lluvias, torrentes y vientos, pero ella no va a caer”... El santo Alberto Hurtado decía: “cuando se te acabe el entusiasmo agárrate de la fe”. Creo que ha llegado la hora de la fe” (Parte I)
En una segunda parte se atreve a denunciar la falta de decisión en la reforma de la Iglesia. “Entre los años 1948-2008 la Iglesia Católica vive sesenta años de reforma (movimiento de teología europea desde 1948, Concilio Vaticano II, conferencias de Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida). Sin embargo, esta reforma de sesenta años no logra superar totalmente los cuatrocientos años de contrarreforma. Mas bien, desde el decenio de los ochenta empieza a perfilarse una clara corriente conservadora. En general el documento final de Aparecida fue positivo, aunque no predomina una orientación clara hacia una reforma de la Iglesia. Hay textos para una u otra posición. Todos pueden elegir”.
(Pablo incluy un análisis crítico de la Misión Continental: no basta tener los sujetos y el entusiasmo, es necesario tener también definiciones, contenidos y objetivos claros. La Misión Continental es un instrumento demasiado pequeño e ilusorio para enfrentar los grandes desafíos que Aparecida propuso a la Iglesia en la actualidad.)
Escuchar las enseñanzas de Jesús y llevarlas a la praxi, como podamos, con el mejor deseo de seguir al Maestro.
Fotografías: La casa de Sant Honorat construida sobre la roca de una montaña y casita rwandesa.
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