sábado, 28 de noviembre de 2015

Tiempo de Adviento: Alzad vuestra cabeza (1 Adviento: Lucas 21, 25-28. 34-36).



(Resumo un poco el comentario de X. Pikaza)
En medio de grandes desastres, bajo la amenaza de bombas turcas o rusas, de ISIS o Francia (¡todas tan iguales, tan distintas!) podemos levantar nuestras cabezas, porque Dios quiere nacer como Emmanuel entre/con nosotros”.

Un texto antiguo, pero extrañamente actual: Como si lo hubiéramos escrito hace unas horas, conmocionados por los asesinatos de ISIS en París, que han despertado todos nuestros miedos... Conmocionados porque sabemos que estamos envenenando el agua limpia de la tierra y el aire del cielo…
Éste es un texto mundial de miedo y de esperanza, muy apto para nuestro tiempo. Este pasaje recoge la experiencia de Jesús y de las primeras comunidades cristianas, nos sitúan en la raíz de la esperanza del principio del cristianismo. Éste debe ser un texto mío, un texto nuestro… Cada uno de nosotros debemos elaborarlo, situándolo dentro de nuestras esperanzas, miedos y alegrías.

Primera escena: Un contexto de miedo
a. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas;
b. y en la tierra la angustia se apoderará de los pueblos,
c. asustados por el estruendo del mar y de sus olas
Un desquiciamiento cósmico, que se expresa en la tríada celeste cósmica: cielo, tierra, mar.-  El mar destruye sus "amarras”.   Ahora esos límites los estamos rompiendo nosotros, creando un tsunami mucho más violento, la polución del agua de las fuentes y los mares, un calentamiento atmosférico que nos puede llevar a la muerte.-  Un miedo que se va extendiendo como cáncer.
Segunda escena. Superar el miedo: llega el Hombre
(a) Los hombres se morirán de miedo, al ver esa conmoción del universo;
(b) pues las potencias del cielo quedarán violentamente sacudidas
(c) Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria.
Los hombres pierden el alma, el valor, las ganas de la vida.- Morimos de miedo, de miedo a nuestro propio satán, que somos nosotros mismos. - Entonces “verán al Hijo del Hombre...”. es decir, a la humanidad verdadera (que para los cristianos está centrada en Cristo)… Éste es el misterio del nacimiento.

Tercera escena. Levantad la cabeza
(a) Cuando empiecen a suceder estas cosas,
(b) cobrad ánimo y levantad la cabeza,
(c) porque se acerca vuestra liberación

Ahora, en estos últimos años, es miedo a la bomba y al sida, y, todavía más, es miedo al gran derrumbamiento económico, que puede llevarnos no sólo a la falta de trabajo, sino a la falta de comida...-  Miedo a la bomba de ISIS, que ha sacudido las calles de París y puede sacudir las nuestras, porque el ISIS lo llevamos dentro.-  Miedo a la destrucción del cosmos porque estamos envenenando el agua y el aire, como nos decía Francisco.
Lo que nos dice el texto, que elevemos los ojos y queramos vivir… Creer en Dios significa elevar la cabeza.  Porque se acerca la liberación…
Cuarta escena: Parénesis o advertencia
(a) Procurad que vuestros corazones no se emboten
por el exceso de comida, la embriaguez y las preocupaciones de la vida,
(b) porque entonces ese día caerá de improviso sobre vosotros.
(c) Ese día será como una trampa en la que caerán atrapados todos los habitantes de la tierra.
El tema es el corazón más que la cabeza: Mantener el corazón abierto, tenso hacia la vida, fresco al amor, dispuesto a la ternura… ¡ Vivir en dimensión de corazón!.
Quinta escena: Conclusión. Estad en vela
(a) Velad, pues, y orad en todo tiempo,
(b) para que os libréis de todo lo que ha de venir
(c) y podáis presentaros sin temor ante el Hijo del hombre.

Vivir en “vela”, es decir, a mantener la humanidad. “Vivir a cuerpo”, de un modo directo, sin armaduras de miedo y engaño.¡Vivid a corazón abierto” . Mantener el corazón en vela de amor con todos y la mente en diálogo de verdad con el Dios de la vida…


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