El Dr. Miguel García Tatis es un Laico Misionero de los Sagrados Corazones, nacido y residente en Montecristy, a dos pasos de la frontera haitiana por Dajabón. Junto con el P. Francisco Gayá, msscc, y Josep Riera (otro LM mallorquín) fueron el alma del Centro de Rehabilitación que se levantó en la ciudad del Morro con ayuda del Govern de les Illes Balears.
Ahora me ha enviado un paquete de instantáneras de las víctimas del terremoto haitiano, a donde corrió a prestar su servicio médico. Pongo dos como ejemplo y las breves notas enviadas en los e-mails. Acaba con un poema de un dominicano, Miguel García Romero, que no sé si es pariente suyo...
Cristo se quedó acompañando
Esto fue así, el P Ramiro en donde nos quedamos en Puerto Principe, me hizo su interpretacion y dijo: ¨Cristo no quiso ser extraño a lo que sucedió, no se rompió, no se marchó, se quedó acompañando a los aplastados y sufrientes”.
Un paquete de fotos en el Hospital de Jimaní, pequeño con 50 camas y esa noche tenía 315 pacientes heridos. Nos pusimos a hacer cuanto pudimos. Así luce Puerto Príncipe por doquiera anduve. La Catedral derribada, el Palacio Nacional... Las fotos de las guaguas: una típica haitiana y la otra llegando a Montecristi y me gustó la solidaridad expresada en ese logo-afiche.
El muy gentil P. Ramiro dispuso de dos habitaciones para que durmiésemos, yo preferí seguir en mi jeep, comprenderán porqué...
Otro paquete es del hospital de San Damián: Aquí laboramos con las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, equipo de ortopedas dominicanos. Es un hospital pediátrico y en este caso “de todo”, hermoso, muy nuevo, agrietado, grandísimo. Actualmente con unos 700 pacientes del terremoto. Sólo fémures rotos teníamos antes de ayer 17, sin contar piernas, brazos, costillas, en cara, etc.
El pasado miércoles acabo de venir de Puerto Principe. He dicho que aquello es inenarrable. No solo el terremoto, ahora estan más de dos millones de personas sin casa y en los parques, solares baldios, espacios abiertos. Peor aún, los heridos que se estan gangrenando. Habrá que realizar miles de mutilaciones y otros continuarán muriendo al hacer Gangrena gaseosa. Dolor, espanto, miseria, hambre. Pronto lo olvidaremos, ellos no, seguirán hacia la Cruz! ¿Qué haremos para aliviar esta situación?
Ahora me ha enviado un paquete de instantáneras de las víctimas del terremoto haitiano, a donde corrió a prestar su servicio médico. Pongo dos como ejemplo y las breves notas enviadas en los e-mails. Acaba con un poema de un dominicano, Miguel García Romero, que no sé si es pariente suyo...
Cristo se quedó acompañando
Esto fue así, el P Ramiro en donde nos quedamos en Puerto Principe, me hizo su interpretacion y dijo: ¨Cristo no quiso ser extraño a lo que sucedió, no se rompió, no se marchó, se quedó acompañando a los aplastados y sufrientes”.
Un paquete de fotos en el Hospital de Jimaní, pequeño con 50 camas y esa noche tenía 315 pacientes heridos. Nos pusimos a hacer cuanto pudimos. Así luce Puerto Príncipe por doquiera anduve. La Catedral derribada, el Palacio Nacional... Las fotos de las guaguas: una típica haitiana y la otra llegando a Montecristi y me gustó la solidaridad expresada en ese logo-afiche.
El muy gentil P. Ramiro dispuso de dos habitaciones para que durmiésemos, yo preferí seguir en mi jeep, comprenderán porqué...
Otro paquete es del hospital de San Damián: Aquí laboramos con las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, equipo de ortopedas dominicanos. Es un hospital pediátrico y en este caso “de todo”, hermoso, muy nuevo, agrietado, grandísimo. Actualmente con unos 700 pacientes del terremoto. Sólo fémures rotos teníamos antes de ayer 17, sin contar piernas, brazos, costillas, en cara, etc.
El pasado miércoles acabo de venir de Puerto Principe. He dicho que aquello es inenarrable. No solo el terremoto, ahora estan más de dos millones de personas sin casa y en los parques, solares baldios, espacios abiertos. Peor aún, los heridos que se estan gangrenando. Habrá que realizar miles de mutilaciones y otros continuarán muriendo al hacer Gangrena gaseosa. Dolor, espanto, miseria, hambre. Pronto lo olvidaremos, ellos no, seguirán hacia la Cruz! ¿Qué haremos para aliviar esta situación?
Mi abrazo a ti y con este mi corazon, Miki
HAITI
Haití, metal entristecido
bejuco de congoja pendiendo del crepúsculo
la tierra está ofendida
tú no tienes la culpa
descalzo creciste en el Caribe, jugando a La Escondida
sin que nadie cuidara tus pisadas
enero nos mintió, prometió portarse bien
pero fuimos vilmente delatados con la isla
Yo también tengo miedo
vivo en el vecindario
bebo la misma agua
sentimos las mismas travesuras de las lluvias y vientos
que vienen cuando la estatura del año es la de un mozalbete
colamos café juntos
muchas veces, anduvimos en velorios
manoseando la cintura picante del jengibre
gozamos del pandero y los tambores
también como vecinos, tenemos nuestros chismes
nuestras comunes devociones
igual ardor en el codo y la cintura….
Haití, ¿Qué pasa? te noto tembloroso,
recuerda que yo también estoy en líos
soy tu compinche y tu garante ante el enredo
que tienes con la tierra
finalmente, Tití, como te gusta que te nombre
me mortifica algo
y lo digo en secreto:
te acompañaré a mitigar la rabia de la tierra,
prométeme, ¡prométeme te pido!
que cuando vayamos al tribunal de espanto y pesadumbre
guardaremos en las mochilas las rencillas nuestras
de la infancia y el presente….
Tití, Tití, no llores, baja los brazos, advierte mi presencia,
HAITI
Haití, metal entristecido
bejuco de congoja pendiendo del crepúsculo
la tierra está ofendida
tú no tienes la culpa
descalzo creciste en el Caribe, jugando a La Escondida
sin que nadie cuidara tus pisadas
enero nos mintió, prometió portarse bien
pero fuimos vilmente delatados con la isla
Yo también tengo miedo
vivo en el vecindario
bebo la misma agua
sentimos las mismas travesuras de las lluvias y vientos
que vienen cuando la estatura del año es la de un mozalbete
colamos café juntos
muchas veces, anduvimos en velorios
manoseando la cintura picante del jengibre
gozamos del pandero y los tambores
también como vecinos, tenemos nuestros chismes
nuestras comunes devociones
igual ardor en el codo y la cintura….
Haití, ¿Qué pasa? te noto tembloroso,
recuerda que yo también estoy en líos
soy tu compinche y tu garante ante el enredo
que tienes con la tierra
finalmente, Tití, como te gusta que te nombre
me mortifica algo
y lo digo en secreto:
te acompañaré a mitigar la rabia de la tierra,
prométeme, ¡prométeme te pido!
que cuando vayamos al tribunal de espanto y pesadumbre
guardaremos en las mochilas las rencillas nuestras
de la infancia y el presente….
Tití, Tití, no llores, baja los brazos, advierte mi presencia,
cuenta debes darte ya, que estoy contigo…..
MIGUEL GARCIA ROMERO, enero 13 del 2010.
Santo Domingo, República Dominicana.
MIGUEL GARCIA ROMERO, enero 13 del 2010.
Santo Domingo, República Dominicana.
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