jueves, 23 de febrero de 2012

I CUARESMA: Se acerca el Reino de Dios ( Mc 1, 12-15)




(Nos serviremos del libro de C. Bravo, Galilea Año 30 para comentar el evangelio.Mc empieza diciendo que cuando Jesús fue bautizado en el Jordán, se oyó una Voz del cielo: ‹‹Tú eres mi amado hijo, a quien quiero; estoy satisfecho de ti››  1,11).

SE RETIRÓ AL DESIERTO: “Si alguien te dijera ‹‹tú eres mi hijo››, de pronto te sentirías ligado a él por la vida y de por vida; responsable de su nombre, de sus asuntos. A Jesús eso le pasó: que Dios le dijera ‹‹tú eres mi hijo querido›› lo hizo ver todo de manera radicalmente nueva. Y obedeció a un impulso interior de alejarse, de quedarse solo, de irse al desierto; tenía que tomar en serio esa revelación, darle tiempo de que se asentara, y darse tiempo para concretar cuál debía ser su respuesta a eso que le había descubierto el Espíritu de Dios.

FUE TENTADO POR SATANÁS: Jesús fue el primero que comenzó a llamar Papá a Dios, como nadie se había atrevido a hacerlo... ¿Por qué los maestros no hablaban de Papá Dios y, en cambio, ponían a los hombres delante de un Dios lejano, inaccesible, al que más bien había que tratar con mucho cuidado, con temor reverencial -y algo más que reverencial-?.
Así comenzó para él una etapa prolongada de profundo discernimiento sobre lo que le tocaría hacer. ¿Qué quería Dios de él?... se le ocurrió también si no sería mejor relacionarse con los que sí sabían de Dios; ser discípulo de los fariseos, o de los esenios... La tentación de buscar tener más poder mediante relaciones con otros, de establecer alianzas, en último término, fue una tentación real para él. Mas con la claridad del Espíritu de Dios que lo animaba descubrió que allí había algo que era del mal espíritu. Pronto comprendió que era imposible. Porque o se ajustaba a lo que ellos pensaban o no podría hacer nada. Por eso descartó también esa tentación: porque tendría que doblar las rodillas, lo cual en realidad, sería tanto como renunciar a la experiencia que había tenido; tendría que hablar de otro Dios, no de Papá-Dios.
Pero ¿cómo convencer a su gente de que Dios le había dicho que era el Papá de todos y que quería la reunificación de Israel no para dominar a las naciones sino para ser centro y factor de hermandad ahora que Papá-Dios viniera a reinar?. Alguna acción espectacular, una señal que viniera del cielo, tal vez predicar desde la punta del Templo, o lanzarse desde allí y que Dios lo protegiera, qué sé yo... Pero ¿por qué pretender sobrepasar lo humano? Dios no está en lo espectacular, en lo extraordinario, sino en la flor que brota, en el niño que nace, en el pueblo que se libera.

VIVÍA ENTRE FIERAS, PERO LOS ÁNGELES LE SERVÍAN
Mucho tiempo le llevó a Jesús ese discernimiento. ¿Cuántos días? No se sabe; decir que fueron cuarenta es lo mismo que decir que fue un tiempo largo de discernimiento, de tentación; como los cuarenta días de Moisés en el Sinaí, o los de Elías en el Horeb; o como los cuarenta años de Israel en el desierto.

A lo largo de ese tiempo Jesús poco a poco, trabajosamente, fue deslindando una posibilidad de otra, definiendo tareas, compromisos a asumir. No un plan prefijado de antemano, ni menos un plan que le hubiera dado Papá-Dios con todo detalle. Más bien… la experiencia de que Papá-Dios tenía que ver con esta tierra, con esta historia, y que estaba a punto de llegar a ella para transformar la situación de los hombres, si colaboraban con él. Para eso trabajaría: para rescatar la armonía del hombre con la naturaleza, con los animales, con el cielo, con los ángeles, con Dios: porque el Reinado de Papá-Dios en eso consistiría: en una nueva creación, en la que existiera la paz de las relaciones justas y nacidas del amor.

“SE HA CUMPLIDO EL TIEMPO Y ESTÁ CERCA EL REINO DE DIOS”
 Fue algo así como una conversión, que llevó a dejar su vida privada para entregarse de por vida a los demás. Por lo que le quedaba de vida... Todo su mensaje y su obra podía resumirse en una frase: Ya se venció el plazo que tenía el mal para dominar; y Papá-Dios está a punto de llegar para reinar; abran los ojos, acepten este notición de que Dios ofrece mejores posibilidades para el futuro, y cambien su corazón, sus valores, sus actitudes, sus relaciones, para que puedan aceptar esa oferta de Dios.
 Ya en esto había un cambio fuerte tanto respecto del Bautista como respecto de los maestros de la Ley, de los Fariseos, de los Sacerdotes. La liberación que Dios venía a hacer ya no era cosa del futuro, sino del presente. Su mensaje era: ‘Hoy’. Iba más allá que los profetas antiguos, que remitían al futuro. Para Jesús, Papá-Dios era alguien del presente.
 Pero no era una excusa para una pasividad exaltada, que espera que Dios lo haga todo. Exigía un cambio en el hombre, en el pobre: que crea que hay alternativa; que Dios mismo es la alternativa; y que por esa fe rompa la inercia del pesimismo que le lleva a soportar la injusticia y el Anti-reino como algo fatal e inmutable.

Preguntas para profundizar: 1. ¿Somos conscientes de que también nosotros hemos “recibido un espíritu de hijos adoptivos  que nos permite llamar a Dios Abba, Padre?”). O ¿tenemos un espíritu de esclavos, que nos hace caer en el temor? (Rm 8,15).
2. Se puede ver el video de J. Caravias “Las tentaciones de Jesús y las de nosotros” (youtube) y comentar después cuáles son las tentaciones que más nos molestan.
 3. ¿Podemos decir que también nosotros “vivimos entre fieras, pero los ángeles nos sirven”? Cuáles son las alimañas que nos atormentan y en qué sentimos que Dios nos alimenta y acompaña.
4. El Evangelio de Jesús ¿es para nosotros una Buena Noticia de liberación?

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