Leamos con atención este pasaje donde el
Señor nos deja un proyecto y un estilo de vida, para que conociéndolo lo
podamos vivir. El comentario es de Pbro. JesúsAntonio Weisensee
1. ¿Qué siento al leer un pasaje como éste
donde el Señor nos abre su corazón y nos dice lo que siente a nuestro
respecto?, ¿qué impresión me causa lo que Jesús dice respecto al amor que
nos tiene (Jn15,9-17)?
2. ¿Qué está revelando el Señor cuando nos
dice: “...yo les he amado a ustedes, como mi Padre me ama a mí...” (Jn 15,9)?
3. ¿En qué consiste el nuevo mandamiento que
nos deja el Señor (Jn 15,12.17)?, ¿cómo lo podemos vivir?
4. ¿Cuándo y de qué manera, uno puede decir
que ama al otro?
5. ¿Qué está revelando Jesús de sí mismo
cuando nos dice: “...no hay amor más grande que éste: Dar la vida por sus
amigos...” (Jn 15,13)?
6. Mi relación con los que tengo junto a mí,
¿está marcada por la bondad y la comprensión, por la caridad y la benevolencia,
por la sensibilidad y cercanía?, ¿o cuál es mi actitud con el otro?, ¿qué es lo
que identifica mi manera de ser?, ¿qué es lo que la gente ve en mi manera de
actuar?, ¿soy lo que piensan de mí o soy otra cosa?
A la luz de todo lo que hemos reflexionado
lleguemos al Señor y abrámosle el corazón:
Señor Jesús, es simplemente fabuloso y
maravilloso ver todo lo que Tú nos dices en este pasaje, porque nos estás abriendo
tu corazón (mostrando tus motivaciones más
profundas, el porqué de todo lo que hacías y sentías) y con esto nos llevas al mismo corazón de Dios Padre, pues Tú nos dices: “…yo
les he amado a ustedes como mi Padre me ama a mí: Permanezcan en mi amor…”. Señor,
nos estás mostrando que toda tu vida fue simplemente mostrarnos el amor de Dios
hacia nosotros, reflejando su corazón en tus actitudes y en tus gestos. Y es
esto lo que nos propones y es lo que Tú quieres y esperas de cada uno de
nosotros. Tú que nos invitas a asumir tu estilo de vida, te pedimos que
derrames en nosotros tu gracia, para amar y actuar como Tú lo has hecho. Que
así sea.
Señor, Tú eres tan especial, que hasta uno
queda sin palabras ante el proyecto que nos dejas, pues nos dices: “…ámense
unos a otros, como yo los he amado…”; nos invitas a amar a tu estilo, a amar
como Tú lo has hecho, a amar hasta el final, a amar hasta no tener más nada que
dar, hasta darse totalmente como lo hiciste Tú. Señor, nos pides tener un corazón como el tuyo: por eso, te pedimos, que seas
Tú el que nos transformes interiormente para saber abrirnos a los demás, pensar
en el otro, darnos totalmente sin esperar nada a cambio, así como lo hiciste
Tú. Danos Tú la gracia de amar como Tú lo has hecho. Que así sea.
Señor, cada vez más uno queda fascinado por
tus enseñanzas, pues aquí Tú nos colocas en nuestro lugar, y nos haces tomar
conciencia que el seguirte a ti, va mucho más allá de todo lo que podemos
pensar, y que eso está caracterizado por el amor, pues nos dices: “…no fueron
ustedes los que me escogieron, fui yo el que los escogí…”. Como que nos estás
haciendo ver que el seguirte a ti, no es una cuestión de esfuerzo y voluntad,
sino que es antes que nada, amor y gratuidad de tu parte, que es don y que es
gracia, pues eres Tú el que nos has invitado a conocerte y amarte, y así actuar
como Tú. Gracias Señor, por haber derramado tu amor en nuestra vida, por
habernos escogido para ser tus amigos, para ser felices con una alegría plena en ti. Gracias
Señor, por el amor de predilección que Tú nos tienes. Gracias Señor. Gracias.
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