viernes, 9 de agosto de 2013

La campana de Sant Honorat (Carta con motivo del 123 Aniversario de la Fundación y del 25 Aniversario del P. Paco Fernández Salinas)


Queridos hermanos,
escribe el P. Joaquim Rosselló que aquel 17 de Agosto de 1890 “la campana de la Ermita con repiqueo nunca tal vez tan desusado anuncia la fundación” (NC XII, 52). Todavía repica cada año, anunciando el comienzo de noviciado (8 en Butare, Rwanda), la primera profesión (2 en Santiago, RD y 8 que ya la adelantaron una semana en el país de las mil colinas), la renovación de votos por otro año (3 de Rwanda, 14 de Camerún, 2 de S. Domingo, 1 providencialmente en el mismo Sant Honorat), o por toda la vida (los demás congregantes); tengamos en cuenta también la renovación de la promesa de algunos Laicos Misioneros asociados a la Espiritualidad y Misión de la Congregación.

Este año repica la campana convocando a Capítulo General, para hacer expresa renovación del proyecto que impulsó el P. Pere Riera, nuestro recordado Visitador General. Nos llama a empeñarnos seriamente en la evaluación, en la programación, en las elecciones, en el discernimiento de nuevas formas de autoridad en nuestra familia religiosa.

Y nos llega el repique de una campanita desde el Sur profundo de la Patagonia argentina (de Ingeniero Jacobacci, Río Negro), que celebra el 25 aniversario del traspaso del P. Francisco Fernández Salinas (recordado por todos como P. Paco). El P. Daniel E. Echeverría, delegado del Plata, y el P. Cándido Del Val, pionero y compañero en la aventura patagónica, representan a nuestra Congregación en este evento.

No tenemos intención de beatificar nuevos santos, y mucho menos imponerlos a nadie, pero tampoco descuidar el modelo de los que guarda en lugar destacado la memoria de nuestro pueblo. El P. Paco encarna para mucha gente un modo de ser Iglesia y de ser MSSCC, emparentado con las grandes intuiciones del Vaticano II. Con esta ocasión le pareció oportuno al Consejo General, a la Delegación del Plata y a la Fundación MISSIONE PATAGONIA ONLUS dar a la imprenta unos materiales que yo mismo publiqué en la web de la Congregación (www.msscc.org en el blog “Con el corazón en la mano”), con motivo del 20 aniversario.

Reproduzco aquí cierto Itinerario de Espiritualidad hacia los últimos de la tierra (que encontrarán al final del libro y conformado por los siguientes elementos)
• Espíritu de oración
• Celo misionero (compartido con religiosas y laicado)
• Inculturación en la Iglesia local
• Teología de la Liberación
• Espiritualidad de los SS. Corazones (Identificación con el Traspasado)

1.      Desde el principio, Paco alimentó un fuerte espíritu contemplativo. “Nu­estro espíritu de contemplación tiene un carácter eminentemente apostólico. En la oración reconocemos la acción de Dios en la historia, y toda nuestra vida es solidaridad con los hermanos, sobre todo con los pobres y con los que sufren” (Reglas, 57). La “Red de Solidariedad Misionera” se conecta, se alimenta, se intercomunica de un modo casi carnal, a través de la adoración al Santísimo.
2.      El equipo misionero se va configurando con nuevas vocaciones y ministeri­os de los diversos estamentos del Pueblo de Dios. Las religiosas, entre las que sobresalen las Hermanas de San José, parejas de matrimonios jóvenes al frente de la comunidad, grupos de laicos adultos, incluso los cursillistas, empiezan a salir de la zona urbana a los extensos campos.                                                                                          
3.      Su programa de inculturación: “Estar con el pueblo, partir desde el pueblo, escuchar al pueblo, trabajar con el pueblo y desde el pueblo”. Su opción pre­ferencial fue por los mapuches y son los mismos indígenas quienes lo llaman hermano y parte de su movimiento.
4.      La Teología de la Liberación como espiritualidad que lo mueve y alimenta. “Tanto en Argentina como en Italia, aparece con más lucidez que las heridas del pastor Paco están relacionadas con los golpes que recibe el pueblo mapuche, las ovejas que se quieren liberar La contienda no es por unas migajas caídas de la mesa del primer mundo, ni meras obras de promoción humana como una ONG más. Lo que se juega en Jacobacci es el proyecto de liberación de Medellín. Un pueblo multisecular que se pone de pié, la Resurrección del Señor que desplie­ga su poder en la historia y en una geografía” (J. Reynés). “Sí, viendo a Paco, podemos decir decididamente que la Pascua es posible. Pero no sólo la Pascua de Jesús, sino nuestra Pascua y sobre todo la Pascua de los que sufren la injus­ticia” (B. Alemany).
5.      La Espiritualidad de los SS. Corazones: “¿Dónde había aprendido Fran­cesco aquella riqueza de su formación, tan apreciada? Él era un hombre - sa­cerdote - misionero de los SS. Corazones. “El credo” que los misioneros pro­nuncian al entrar en la Congregación (…) se convertirá en el hilo conductor de toda su vida. P. Francesco ha vivido plenamente, sobre todo el aspecto social de la espiritualidad sacricordiana, referente a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Una ampliación y concretización de la devoción al Corazón de Je­sús, que se ha manifestado más claramente después del 1600 (apariciones de Paray-le-Monial). Francesco era un sacerdote religioso, no diocesano, que obe­decía una regla de vida basada en el evangelio y especialmente en aquella parte del Corazón traspasado de que habla San Juan 19. Congregación fundada por el P. Joaquín Rosselló, que marcó a sus hijos espirituales “la búsqueda del Rei­no” como objetivo, por la vía de la unión y la contemplación. La vida apostóli­ca, en consecuencia, es “prender este fuego en todos los hombres”. Francesco sopla sobre este fuego dormido en cada persona para reavivarlo. Misionero del “fuego de Dios”, aquel que Jesús de Nazaret ansiaba prender en la tierra, y por el cual había bajado del cielo” (Anna Mª. Ercoli).

“Para sorpresa nuestra, muchos lo descubren como un auténtico Misionero de los Sagrados Corazones. Él que nunca había destacado por sus estudios del ca­risma o por su dedicación a las tareas congregacionales. Jamás resultó elegido para ningún Capítulo, Junta o comisión de renovación. Y, sin embargo, quie­nes lo conocían descubrieron que Paco estaba enamorado del Corazón de Je­sús, que invocaba a los SS. CC. continuamente. Era un hombre convencido de que su misión procedía del amor de Dios y que los SS. Corazones peregrina­ban con él. Envidiable síntesis que conectaba el sufrimiento de los “pequeños” con el amor y espiritualidad de los Sagrados Corazones. Paco había hecho de ellos su principio dinámico y la unidad de su vida de que hablan las Reglas de su Congregación. Cuando llega el crisol de la enfermedad, que no puede ex­plicarse racionalmente, se impone un salto cualitativo. Muchos empiezan a sos­pechar que Dios tiene algún pacto secreto con él: “Vos debés estar muy adentro del Corazón del Padre” (C. Calgaro). “Los SS. Corazones te han elegido como el predilecto de su ternura y amor para que entendamos muchos (congregantes o no) el mensaje redentor del dolor y de la entrega” (J. Alegría). Con su jade­ante carrera llegará a profundizar líneas ascéticas y místicas de purificación en el amor, de ofrenda como víctima expiatoria, de identificación con el Crucifi­cado...” (J. Reynés).
“Paco, que une sus dolores a los dolores del Corazón de Jesús y al de María, nos está diciendo que nuestros corazones también tienen que estar traspasados por el dolor y la causa de los más marginados” (Bernardo Alemany).

Que el Señor nos bendiga con el don de entrar en la preparación del nuevo Capítulo, con ilusión y compromiso. Avivemos su espíritu renovando nuestro Acto de fe en los Corazones de Jesús y de María:                             Creemos en el poder del amor que animó al P. Paco                                                                                        y a tantos hombres y mujeres que nos precedieron                                                                                            en servir hasta la muerte.                                                                                                              Creemos que la salvación nos llega por la Santa Cruz
y la Resurrección del Señor.                                           Nos comprometemos a buscar en primer lugar el Reino de Dios por las vías de la contemplación y de la misión que busca por todos los medios posibles la salvación de los hombres.
A pesar de la homogeneización y de la crisis capitalista,
mantendremos que el Sur también existe
y pondremos nuestra esperanza en la fuerza de los débiles.
No separaremos la contemplación de la evangelización
ni la promoción de la liberación.
Lucharemos contra toda forma de clericalización de la Iglesia
para que los laicos asuman su vocación y desarrollen sus carismas
y juntos compartamos la pasión de los Corazones de Jesús

y de María, que es el Reino. Amén.

Fotos: Espadaña de la Ermita, P. Paco y mapas de la misión patagónica

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