Me presento sencillamente como quién soy. Nací en la isla de Mallorca en un pueblo que, como dice un renombrado poeta de mi tierra, “el seu nom és alegre i festós com el so argentí d'una campaneta” (su nombre es alegre y festivo como el sonido argentino de una campanilla), quiero decir Campanet.
Mi nacimiento y mi bautismo coincidieron en un mismo día que fue el 26 de Febrero de 1916. Mi nombre es Bartomeu, hijo de unos buenos cristianos llamados Bartomeu i Elisabet Maria. Esto quiere decir que ya cumplí 88 años y actualmente soy el número 2 en la lista de los Congregantes de mayor edad.
Hice mis primeros votos en la Ermita de Sant Honorat el 12 de Septiembre de 1932. Esto quiere decir que hace 72 años que profesé y actualmente soy el decano de todos los profesos.
Recibí la ordenación sacerdotal de manos del P. Juan Perelló, obispo de Vic, en el Monasterio de Santa Maria de La Real el 10 de Julio de de 1938, lo que supone que alcancé los 66 años de presbiterado y que actualmente soy el más presbítero de todos los presbíteros de la Congregación.
Humildemente doy gracias al Señor Dios nuestro por haber llegado a estas metas que nunca soñé. Al mismo tiempo tengo presentes estos versos latinos del Papa León XIII cuando cumplió sus 90 años: “Ruit hora Leo- Iam tempus abire est- Quae te sors manet? (Pasa el tiempo, León. Ya es hora de partir.¿Cuál será tu suerte?
Antes de mostraros las vertientes por las que ha discurrido mi vida espiritual, religiosa y pastoral, pláceme afirmar que los inicios de mi vocación brotaron en el seno de una familia cristiana y al amparo de una parroquia de la que era monaguillo. Y el día de San Francisco del año 1925 hice mi entrada en la Escolania de Lluc como blauet, cuando tenía 9 años.
Desde aquel día, toda mi existencia ha estado impregnada del espíritu, de la historia, de las tradiciones y costumbres, del anecdotario y de nuestra Congregación de Misioneros de los SS. Corazones, como también del recuerdo de muchos Congregantes coetáneos del P. Fundador, con una vida repartida en 12 puestos de la geografía congregacional.
Cuando tenía 22 años y 4 meses estrené mi sacerdocio y pude, por fin, responder al mandato del Maestro: “ Euntes in mundum...” y las primeras armas de mi apostolado fueron un cubrepolvo y una escoba que me entregaron una tarde de finales de Agosto para barrer y ordenar mi pobre aula escolar en la que al día siguiente tendría que lucir mis habilidades pedagógicas con un grupo de niños de primer curso, algunos de educación especial. Con tan halagüeños principios, nunca pude imaginar que durante 62 años de ministerio activo, éste se desplegara en un tan variado abanico de actividades, ¿Qué más no podría desear!
Durante 10 años estuve dedicado al ministerio de la Palabra, sobre todo en la predicación de Ejercicios y Misiones populares, que si mal no recuerdo fueron unos 50. Durante casi 18 años estuve metido en la Pastoral de Santuarios. 35 años fueron de trabajo pastoral . Y compartí mis servicios en la Basílica de Lluc con la enseñanza en el Colegio.
En dos ocasiones estuve encargado de la dirección de la revista Lluc y por más tiempo de Comunicació Lluc, con lo que pude ejercitar el apostolado de la prensa, Y para que nada me faltara durante mis primeros años como militar estuve integrado en el apostolado castrense y, además, durante unos 4 años formé parte de los oficiales de una Curia episcopal.
Y como apéndice gocé de un año sabático en Roma en el que pude ampliar un poco mis escasos saberes frecuentando algunos centros de enseñanza eclesiástica como el pontificio Instituto de Liturgia, el Pontificio Instituto de Arqueología Sacra, el Alfonsianum y el Teresianum.
P. Bartomeu Pericàs Alemany, mss.cc.
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