lunes, 20 de junio de 2011

Novena Digital a los Sagrados Corazones: P. Joan Arbona

Mes de Junio, mes del Corazón de Jesús para la Iglesia, y para nosotros: mes de los Sagrados Corazones.

Sí, en plural, cuántas veces lo habremos repetido. Parece que decir Corazón de Jesús o Corazón de María es más fácil para la mayoría de gente o, por el contrario, es una novedad, y la gente no lo entiende o les sorprende o les resulta más complicado. Pero incluso a veces hermanos de la misma Congregación, lo pronuncian mal. No digamos gente de Iglesia, nuestros feligreses, sacerdotes, Obispos y hasta un Santo Padre que al saludarle respondió: " ah misioneros del Sagrado Corazón?" Le respondieron: " no, de los Ss.Cc.", y añadió: " ma... è lo stesso". Pues no, Santo Padre, no "es lo mismo".

¿Recuerdan que este dircurso ja lo tuvo el Fundador de joven con su ayo espiritual Hno. Trigueros? Preguntó: ¿Dice que seré Misionero del Corazón de Jesús o de los Sagrados Corazones? Y el Hno. profeta matizó: "De los SS. Corazones".

¿Qué tendrá de profético, evangélico, novedoso este "PLURAL"?

Y cada uno tendría que poder hacer su sincera y familiar reflexión en este mes.

Son dos amores unidos: Amor de Hijo y amor de Madre. Amor de varón y amor de mujer. Amor más completo, más cercano al Trinitario que es la plenitud. Amor divino y amor humano. Amor sublime, profundo y amor tierno, cercano. Que nos hace descubrir y sentir la belleza del amor creador. Amor del padre-madre de Isaías, de los salmos, de la parábola del Padre misericordioso, de la mujer adúltera, del perdón a los que le están ajusticiando, de la promesa al ladrón que reconoce su inocencia...

Amor de Pentecostés, amor de la Primera Comunidad. Amor de la Iglesia-Madre.

¿Y cómo podremos saber si estamos en sintonía con este amor que el P. Fundador nos exige: "Ámense como los Ss.Cc. se aman y nos aman"? Descubriendo la familia, la Comunidad, la comunión y discerniendo si estamos en este proceso. Y creyendo que el amor de Dios es gratuito, generoso, sin medida, universal, siempre plural, nunca solitario. Y si vamos declinando: El Padre es el YO, el Hijo es el Tú y el Espíritu el NOSOTROS.

Y con esta convicción repasaremos las actitudes de amor del matrimonio bien vivido que habla de "nuestros" hijos, pero cuando hay bronca:de "tus" hijos... En la familia, en la comunidad, en los grupos apostólicos la mayoría de veces se habla de nosotros y "ellos", signo que no hemos descubierto el amor de los Sagrados Corazones que son iconos de Comunidad, comunión total al estilo de la Trinidad. Ellos nos ayudan a superar individualimos y a crear familia, comunidad, Iglesia...

Cuando acompañamos nuestros grupos de Laicos M.Ss.Cc. o de Concordia, o eclesiales, nuestro ideal, nuestra utopía nos tendría que exigir proyectar hacia este "plural", el "nosotros". En los Hechos de los Apóstoles se nos dirá: "El Espíritu Santo y NOSOTROS..." También el Corazón de Jesús y de María, no son un yo y un tú, son un NOSOTROS...

Que este mes de los Ss.Cc. y preparación al Capítulo General, el fuego del Espíritu nos purifique, "sane nuestras heridas", como hemos rezado en la oración pre-Capitular, y nos convenza de que nuestra gente nos exige este testimonio. Hagamos del "nosotros" opción de vida. Descartemos de nuestro vocabulario el "ellos". Miremos más lo que nos une que lo que nos separa. Que tengamos una mirada más de Dios que de los hombres. Que nos convenzamos de aquello tan básico que nos presenta en el Evangelio la liturgia de la Trinidad en Jn. 3, 16-18: "Dios amó TANTO al mundo... envió a su Hijo a salvar, no a condenar". Que nuestro crecimiento en la fe y en el AMOR de Dios manifestado en los Sagrados Corazones nos haga discípulos y misioneros del amor del "Dios compasivo y misericordioso lento a la cólera y rico en bondad".

Así entenderemos lo que significa vivir la espiritualidad que el P. Fundador nos dejó en herencia y que nosotros debemos tener la osadía de traducir a nuestras culturas y a nuestro HOY y AQUÍ. Será un Carisma vivo, dinámico y que sigue actual y dando verdaderos frutos en nuestra sociedad.

Cordialmente, Joan Arbona msscc, misionero en la Patagonia Argentina y con la ceniza del volcán Puyehue en los pies.

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