Re-lectura de la fe de los Patriarcas (Génesis 12-25)
Proponemos una nueva serie de Lecturas Liberadoras de la Biblia
distribuída en 5 temas, para hacer en grupo
(Preparado
por Jaume Reynés Matas, MSSCC)
1. Una familia de
"dominican-york"
Papá-Buelo
y mamá-Buela son de los que marcharon a New York. Por su gusto jamás hubieran
emigrado, cambiando su paisito por los países. Tenían que haberlos conocido,
tan criollos como eran los dos viejitos... Dominicanos de pura cepa...
Pero
la verdad es que la piña se puso tan agria que ya no les daba ni pá comer.
Entonces pensaron: "Salir de esta tierra, que ya no es nuestra; dejar la
casa paterna y los parientes; mudar de aires... Total, la cosa ya no puede
empeorar. A lo mejor hasta conseguimos un buen trabajo y podemos ahorrarnos
unos chelitos... ¡Dios no nos fallará!"
Salieron
de la loma sin papeles y sin cuartos, rumbo a lo desconocido, en una aventura
que -después de cuarenta años- todavía no ha podido cerrarse, como las
películas americanas, con la palabra END (fin).
Dicen
que New York es la segunda capital de la república, y que algunos pueblos
tienen más residentes entre los "dominican-york" que en el suelo
patrio.
Papá
Quin y Mamá Mery entraron a formar parte de la gran masa de los desubicados:
Los asilados, los refugiados, los desterrados, los indocumentados de todo
género... Los empujados por el desequilibrio socio-político a nivel nacional e
internacional. Los productos del imperialismo, de la crisis, del abandono del
campo, de los brotes revolucionarios o represivos, del choque de culturas...
La
larga marcha de los emigrantes. Un pueblo fantasma, sin geografía definida en
el mapa, sin conciencia de pueblo, sin voz ni nombre y, sin embargo, tan real,
tan sufrido, tan valiente...
Esta
es la historia: El viaje de Papá-Buelo y mamá-Buela contado a los nietos, para
que no lo olviden.
2. Los dominicanos en el exterior
“Desde la muerte de Trujillo hasta el
presente, más de dos millones de dominicanos y dominicanas han emigrado a
distintos países de América y Europa, empujados por situaciones internas
adversas, pero atraídos por el espejismo de los países industrializados que
incentivan los flujos migratorios que ocurren alrededor del mundo…
Las cifras más recientes, cortadas al
año 2010, hablan de que en Puerto Rico viven más de 200 mil dominicanos; en
España 150 mil; en Italia, más de 24 mil; en las Antillas neerlandesas, más de
14 mil; en Venezuela, casi 14 mil; en Haití, más de 9 mil 500; en Panamá, casi
8 mil 500; en Alemania, casi 8 mil; en Suiza, más de 6 mil; en Bélgica, más de
mil 400; en Reino Unido, casi 700; en Canadá, más de 7 mil 500 y en otros
países, más de 16 mil 500, para un sub total superior a los 554 mil dominicanos[2].
La inequidad social, la desigualdad en
la distribución de las riquezas y las frustraciones políticas han sido las
causas que incentivaron a más de dos millones de dominicanos a residir en
numerosos países de América y Europa. Un 57 por ciento de la población
dominicana vive ahora entre la pobreza y la extremo pobreza, mientras el 20 por
ciento recibe el 80 por ciento de los ingresos. El desempleo, que afecta más a
la población joven, ronda el 15 por ciento de la población en edad productiva.
El 60 por ciento de las y los trabajadores devengan salarios por debajo de los
10 mil pesos, unos 245 dólares al mes. La informalidad representa el 57 por
ciento de las actividades económicas del país.
Un cuadro social y económico tan
adverso es la primera causa de expulsión de millones de dominicanos que ahora
deambulan por más de 20 países del mundo. La segunda causa está en la ilusión
que emana de los países receptores, casi siempre del mundo industrializado,
donde el inmigrante tiene mayores posibilidades de conseguir mejores
oportunidades de trabajo, de servicios y seguridad. Y la tercera causa habría
que buscarla en la frustración política vivida en los últimos 50 años por una
amplia franja de la población dominicana que ha visto pasar a tantos gobiernos
que agravaron su existencia” (Carlos Luis Baron)[3].
Analicemos la
realidad
El periodista
Wilson Suazo le preguntó al presidente Joaquín Balaguer: “¿Qué dice usted de
este drama dominicano y la vigencia del éxodo en los dominicanos que quieren
salir de su Patria?”
Respuesta del
Presidente: “Después de oírlo, me parece que he oído a Jeremías. Los que se
van en yola son todos los que tienen sed de aventuras o sed de mejorar su
situación, y son generalmente los más infelices.Yo no sé de ningún potentado
en este país que e haya ido jamás en yola. Esos no se van en yola, siguen
explotando al pueblo dominicano” (Listín Diario, 05/10/1990).
Otra respuesta
del Presidente a la periodista Sara Savarín: “Aquí hay ya muchos
dominicanosque han envuelto sus maletas y se han ido a vivir al extranjero
con sus familiares. Esos derrotistas son los que nunca han tenido fe en su
país, que han tenido confianza en sus instituciones. Esos no son dominicanos
de corazón. Los dominicanos de corazón moriremos aquí de cara al sol, en
defensa de nuestro país y de las instituciones dominicanas” (Hoy, 19/10/1990).
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[1]
Usaremos sobre todo Reynés, MSSCC, J., Génesis.
Lecturas liberadoras de la Biblia. Amigo del Hogar. Santo Domingo, 1993,
ps. 75-96, que hace una relectura dominicana del librito de C. Mesters, Abrahán y Sara. Paulinas. Madrid, 1981.
[2] Natalia Rivero: Estado de las migraciones dominicanas en 2012. Estudio
elaborado para el Observatorio de Migrantes del Caribe, reseñado por Cynthia
Abreu, periódico HOY, 29 de agosto, 2013, p. 12 A.
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