Ha llegado la hora de recuperar y completar las estrofas del canto que compusimos a finales de los años 80, sobre la tonada del Mensajero de la paz, y que ahora cobra un sensus plenior en el 50 aniversario de la llegada a República Dominicana y en el Centenario del Fundador.
¡Qué hermosos los pies –blancos o morenos- del mensajero de la visión de Isaías, contemplados desde la cordillera de Constanza!
¡Es hermoso ver bajar de la montaña
los pies del mensajero de la paz!
(1890) La montaña es Horeb, Tabor o Randa
y el mensaje es el fuego del amor.
(1954) En un viejo barco llegaron
cuatro hijos del P. Rosselló.
cuatro hijos del P. Rosselló.
(50 ANIV) En la línea, el desierto y la frontera
entre el pueblo hicieron su inserción.
(1955) Juan Horrach fue el primero en dar la vida,
que en un año gastó y se desgastó.
(1977) Y después lo imitó el P. Vicente,
entre caña de azúcar se sembró.
(2002) Junto a él fue enterrado Miguelito,
tan chiquito y tan alto que llegó.
(2007) Aunque Andrés morirá fuera en Mallorca,
en Fantino dejó su corazón.
(1992) De Molola se guarda en la Islita
la memoria de su consagración.
(CENTENARIO) Son 100 años de historia en la montaña
y el desierto florece en la misión.
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