Gloria a ti, nuestro Padre amoroso
Con motivo de
que en agosto ocurre el aniversario de nuestra fundación, publicaremos varios
de los cantos dedicados al P. Joaquim Rosselló. El primero del repertorio que
recuerdo lo conocí en el seminario, a mitad de los años 50, cuando a nadie se
le ocurría la posibilidad de un Concilio. El tema del fundador y su causa de
beatificación era algo que se tocaba en contadas ocasiones, y estaba
prácticamente reservado a los maestros, consejeros y al Procurador general, que
era el P. Gabriel Seguí Vidal. Nos leían en público las Notas
referentes a la Congregación del P. Joaquim, Un gran misionero del P. A. Thomàs y sobre todo mucho Espíritu
del Fundador escrito por el obispo de Vic. Una década más tarde, el P.
José Nicolau escribiría una nueva biografía, con un estilo literario más
cuidado, que acabaría llamándose Un hombre que creyó en el amor.
El Estudiante
Guillem Matheu, de Caimari, había adaptado un
antiguo himno a Cristo Rey de tono triunfalista, que hablaba de conquista espiritual
(“hacer, si posible fuere, que todo el mundo se consagre a los SS. Corazones”),
de pureza (“modelos de sacerdotes”) y amor (“en esto conocerán que son mis
discípulos”).
Todas las noches, antes de acostarnos, pasábamos a besar el busto hierático
del Fundador, con su modesta esclavina y su clásico bonete de tres puntas, que
presidía el Escolasticado. Cierto estudiante teólogo, a punto de ordenarse, nos
contaba con su verbo fogoso que para superar sus crisis vocacionales él había
dormido con el busto del Fundador entre las sábanas. Nosotros no nos hubiéramos
atrevido, lo respetábamos demasiado. En las grandes ocasiones lo cantábamos a
todo fuelle, y pletóricos de entusiasmo.
Copio la letra para que se hagan cargo
y una versión en facebook que grabamos la semana pasada en las montañas de Palo Alto, en la
magnífica cordillera de Santiago. No quedó demasiado afinado, yo soy negado
para tono y ritmo, pero el P. Miquel Melià fue un bajo de renombre en el coro del Santuario de Lluc. Las
fotografías se refieren a diferentes muestras de la conquista espiritual que se respiraba entonces.
Himno de G. Matheu:
Gloria a ti, nuestro Padre amoroso,
oh Joaquín, ideal Fundador,
viviremos tu anhelo ardoroso
de conquista, pureza y amor.
Es tu espíritu noble y fecundo
luminoso y levítico ideal,
en tu obra hallará todo el mundo
competente socorro a su mal.
Gloria a ti, nuestro Padre amoroso,
oh Joaquín, ideal Fundador,
viviremos tu anhelo ardoroso
de conquista, pureza y amor.
Es tu espíritu noble y fecundo
luminoso y levítico ideal,
en tu obra hallará todo el mundo
competente socorro a su mal.
Gloria a ti, nuestro Padre amoroso,
oh Joaquín, ideal Fundador,
viviremos tu anhelo ardoroso
de conquista, pureza y amor.
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