jueves, 9 de agosto de 2018

Cantos dedicados al P. Joaquim Rosselló, nuestro fundador (4)


BAJEL/ el vaixell

Inspirado en la canción “Vaixell de Grècia” (Bajel de Grecia) del cantautor catalán Lluís Llach. Escrita después que acabara la tiranía de los coroneles de 1974, reafirma la esperanza en que es posible retomar en las manos el propio futuro y vencer los caprichos de dioses superiores.

Nuestro barquito de vela es la Congregación fundada por el P. Joaquim Rosselló, pequeña como una cascarita de nuez. Sigue convocando de lejos el estandarte de dos corazones rojos en su palo mayor. Viene de un largo viaje que se remonta 2000 años atrás, a los orígenes del cristianismo (Pascua y Pentecostés de los años 30, en la ciudad sagrada de Jerusalén). Son amigos que vieron vivo al Traspasado. Llevan a su madre, oscura y luminosa a la vez, como una garantía de alianza. Saben que el Señor está presente en el pan compartido y en el pescado escatológico. Les guía una sola consigna, que es el testamento del amor. “Nadie lo ha visto, pero todos lo amamos; empuja él los remos y las manos; su soplo es quien hincha nuestro velamen; su corazón es nuestro vigilante”.

¿Qué podemos temer? El vigía grita un nombre: ¡Joaquín!, el que nos convocó. Y todavía es posible que se levanten los ánimos, los propósitos, las iniciativas, los laicos misioneros, las vocaciones consagradas… Como una gran bandada de gaviotas que forme lo que hoy llamamos “la Familia Sacricordiana”. No en torno a un cura decimonónico, sino en torno “al Amado vivo y presente, abierto su costado”.

Esta canción es un acto de fe en el futuro, dentro de un mar postconciliar. Y una apuesta por la inculturación del carisma en una Congregación que cuenta con unos 40 jóvenes africanos y latinoamericanos.

Fíjense, sino, en las fotos que ilustran la canción: tomadas por mi amiga menorquina Carlota Crespí en uno de sus viajes de trabajo a la isla de Zanzíbar. Las caras y el paisaje son una transcripción de fe y confianza en el cambio de epicentro. También lo es la versión musical que publicamos, preferida a otra que hicimos en Barcelona. Grabada ésta en Santiago de los Caballeros, con el profesional Eustiquio Céspedes a la flauta y el dúo bien acordado de Delio Taveras y Javier Cabrera. Publicamos dos versiones, en castellano y catalán.


bajel
(Música: Lluís Llach; Letra: J. Reynés.-  
Cantan: Delio Taveras y Francisco J. Cabrera; Flauta: Eustiquio Céspedes)

 
Si allá a los lejos ves que pasa un bajel
surcando el mar, cascarita de nuez...
¡Acércate!... y averigua qué son
dos corazones en su palo mayor.

Comienza el viaje en Pascua o Pentecostés
del año treinta, allá en Jerusalén.
Amigos son que vieron al Amado
vivo y presente, abierto su costado.

Llevan la madre con túnica de luto,
de suave hablar y de mirar profundo...
Pescado fresco y pan para la cena,
bajo un dosel marinero de estrellas.

Una consigna la Nave transmitió:
“Ámense así lo mismo que hice yo;
así sabrán que es cierta mi palabra
y seguirán mi estela sobre el agua”.

Nadie lo ha visto, pero todos lo amamos;
empuja él los remos y las manos;
su soplo es quien hincha nuestro velamen;
su corazón es nuestro vigilante.

En esta fe levamos nuestras anclas,
navegaremos con sol y con borrasca.
Grita el vigía: Joaquín! sobre la proa,
y se levantan bandadas de gaviotas.

El vaixell
Si per les aigües veis que passa un vaixell
Solcant la mar, vencent l’embat dels vents...
Llegiu-li el cor, arrencau-li el secret
D’eix estandart en dos cors tan vermells.

Du una esperança que escalfa més que el foc
Des d’un matí de Pasqua flamejant;
Són els amics que van veure l’Amic
Viu i present, obert el seu costat.

Hi ha una dona amb vestit endolat,
De veu suau, d´ulls negres i profunds;
Prepara pa i peix per a sopar
I un cobricel de veles i d’estels.

Unes paraules la nau ens ha tramès:
“Que us estimeu com jo vos he estimat,
Així creuran que és cert el que he promès
I seguiran l’estela que he deixat”.

No l’hem vist mai, però tots l’estimam;
És Ell que empeny rems, xarxes i timó;
El seu alè infla el nostre velam;
Vetla el seu cor fins quan ens adormim.

En el seu nom navega aquest vaixell,
Va travessant la gent fins a bon port;
Al sol ponent qualcú crida: Joaquim...!
I de gavines se n’alcen un estol.


Música Lluís Llach de su  álbum “Si canto trist” (1974).


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