 El miércoles 24 se cumplirán los 30 años del asesinato de Monseñor Romero. Con este motivo se me ocurre desempolvar el magnífico poema de            Luis Melgar Brizuela titulado  Los dioses de la guerra (El Salvador, 1992).
El miércoles 24 se cumplirán los 30 años del asesinato de Monseñor Romero. Con este motivo se me ocurre desempolvar el magnífico poema de            Luis Melgar Brizuela titulado  Los dioses de la guerra (El Salvador, 1992).   
            podemos inventar (y luego inventariar)
            que hay cuando menos
            cuatro dioses en guerra
            como jinetes del apocalipsis
            como las puntas principales de la rosa
            de los vientos
            de la guerra
            desatados por la falta de panes y la grandísima
            culpa de los peces gordos. Amén." 
                                                                       
            
            I. "El primero es el Dios de la Bandera Nacional:
            Su nombre está a la par de
            la Unión y la Libertad
            a las cuales prácticamente ignora.
            Le gusta que le canten el Te Deum.
            En su nombre 
            los ricos verguean a los pobres
            y los matan
            y luego los entierran parados...
            Su templo mayor
            es el Banco Central de Reserva.
            Sus ovejas
            (en realidad, lobos con pieles)
            pastan la billetiza
            en zonas exclusivas
            de San Salvador o Miami...
            Su quinto mandamiento es: ¡Matarás!.
            Es el número 1 porque es el más viejo
            y sigue usando balas y oraciones a la bandera
            para gobernar.
            No ve. No oye. En cambio grita
            cada día más.
            Su mejor hora es hacia el fondo de la noche.
            (De ahí los estados de sitio y los toques de queda).
            Y su túnica es negra
            por efectos de culpa".
            II.  El segundo es el Dios del Te-Deum, el de la Iglesia Católica:
            "Es un Dios enfermo de bonhomía. Miope
            particularmente del ojo izquierdo.
            
            No es gritón pero le falta aliento
            para decirle al César lo que es del César.
            Tartamudea mucho.
            No sólo tarda sino que olvida.
            Y le basta rezar.
            Su rollo es: "No estoy listo
            para poner mi reino en este mundo".
            Sus ovejas son pías 
            mas no logran saltar la alambrada del miedo.
            ... Sin embargo recuerda con coraje los primeros siglos
            cuando el imperialismo romano iba en retirada
            y el Cristo de la Historia
            implantaba su cruz de beso en beso sin traicionar
            al hijo del hombre obrero.
            Es decir cuando comía con los pobres del mundo
            y primero los ponía en unión
            y después los ponía en libertad".
            III.  El tercero es el Dios de Farabundo:
            "Se dice a sí mismo hijo del pobre:
            del carpintero y de la lavandera;
            y lo de los pesebres lo toma en serio
            sobre todo al fragor de la montaña.
            No le gusta el Te Deum
            y habla, a sotto voce, el idioma
            de los pobres más tales por cuales,
            la mara, la brosa, la plebe,
            pero con puños,
            pero con piedras,
            pero con ráfagas.
            Así son en sus campos
            los frutos de la ira.
            El Dios del Farabundo Martí
            no tiene nombre bíblico ni templos de lujo:
            igual puede llamarse Che-Jesucristo,
            San Carlos Marx o Padrecito Lenin.
            Su consigna es: Toma tu fusil y sígueme.
            Sus ovejas
            (en realidad, los nietos del jaguar)
            dejaron de ser mansas ovejas.
            Espera ser el príncipe de la paz
            cuando termine de hacer la guerra".

                                                                              
            IV. El cuarto es un Dios menos famoso,                       el Dios Romero:
            "Este Dios es manso como un cordero
            y astuto como una serpiente:
            de la derecha se sacó la Teología
            y de la izquierda la Liberación.
            Un su pastor llamado Monseñor Romero,
            de nombre Oscar Arnulfo,
            murió acribillado a la hora del cáliz
            por los agentes del Dios número 1.
            Y otros pastores más,
            Rutilio, los Ignacios, Ramón,
            Joaquín, Segundo, Amado,
            ofrecieron el vino de su sangre
            al reino de este mundo.
            Sus ovejas cantan a pleno sol.
            Y el mal espantan.
            Igual pueden andar en busca de camisa
            para los pobres
            que desnudar de su etiqueta al rico;
            ir de samaritanos junto a los exiliados
            o arrojar a los banqueros del templo.
            Su teología es:
            Liberaos los unos a los otros.
            Su solo mandamiento es: ¡Amarás!
            (Y después se averigüa si era al mero Dios
            o era al prójimo).
            Este Dios, a veces,
            al descuido del número 2,
            sube al púlpito y dice: "Les ordeno:
            Cese la represión".
            Entonces los ministros del Dios número 1
            claman: ¡Ha blasfemado, ha blasfemado!
            Y sin más ni más lo crucifican
            con una bala del tamaño de un Corazón de Jesús,
            pero de verdad, no de estampa.
            Por lo cual este Dios más bien trabaja oculto
            desde el corazón más tatú de la liberación.
            Y cuando ataca,
            a plena luz del día,
            sus palabras de amor
            hacen temblar la tierra prometida".
 
 

El bon amic Pere Riera, ens escriu des de Bones Aires: "He vist el teu blog , felicitats per aquest homenatge al Sant Romero, em serveix per pregar i sentir amb el seu lema eclesial, a pesar de tot, malgrat a estones un no sap si hi ha església de Jesús. Una abraçada amic PERE"
ResponderEliminarESPECTACULAR!!! ARNULFO ROMERO UN VERDADERO SEGUIDOR DE JESÚS UN PROFETA DE DIOS.
ResponderEliminarROMERO VIVE EN CADA EMPOBRECIDO, EN CADA SER HUMANO QUE BUSCA Y AMA AL REINO DE DIOS.
LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA DEBERÍA DESPRENDERSE DE TANTO SINISMO, DE BUSCAR AL VERDADERO DIOS Y CONTINUAR SU OBRA. COMO LO HIZO SAN ROMERO, SAN ANGELELLI, SAN RUTILIO Y TANTOS OTROS QUE REGARON CON SU SANGRE EL CAMINO DEL EVANGELIO.