lunes, 22 de marzo de 2010

El Dios de Oscar Romero

El miércoles 24 se cumplirán los 30 años del asesinato de Monseñor Romero. Con este motivo se me ocurre desempolvar el magnífico poema de Luis Melgar Brizuela titulado Los dioses de la guerra (El Salvador, 1992). La situación ha cambiado desde entonces, pero podría ser que el poema tuviera algo de "inspirado", y la palabra poética fuera también profética. Publicamos una selección, recortando, además, lo que dice del dios núm.2 y del núm.3 hasta donde aguanten nuestras tragaderas. Podemos no estar totalmente de acuerdo con el poeta, pero indudablemente nos ayuda a reflexionar sobre la originalidad de la fe de Mons. Romero y a cuestionarnos personalmente.

"Aquí en El Salvador

podemos inventar (y luego inventariar)

que hay cuando menos

cuatro dioses en guerra

como jinetes del apocalipsis

como las puntas principales de la rosa

de los vientos

de la guerra

desatados por la falta de panes y la grandísima

culpa de los peces gordos. Amén."

I. "El primero es el Dios de la Bandera Nacional:

Su nombre está a la par de

la Unión y la Libertad

a las cuales prácticamente ignora.

Le gusta que le canten el Te Deum.

En su nombre

los ricos verguean a los pobres

y los matan

y luego los entierran parados...

Su templo mayor

es el Banco Central de Reserva.

Sus ovejas

(en realidad, lobos con pieles)

pastan la billetiza

en zonas exclusivas

de San Salvador o Miami...

Su quinto mandamiento es: ¡Matarás!.

Es el número 1 porque es el más viejo

y sigue usando balas y oraciones a la bandera

para gobernar.

No ve. No oye. En cambio grita

cada día más.

Su mejor hora es hacia el fondo de la noche.

(De ahí los estados de sitio y los toques de queda).

Y su túnica es negra

por efectos de culpa".

II. El segundo es el Dios del Te-Deum, el de la Iglesia Católica:

"Es un Dios enfermo de bonhomía. Miope

particularmente del ojo izquierdo.

No es gritón pero le falta aliento

para decirle al César lo que es del César.

Tartamudea mucho.

No sólo tarda sino que olvida.

Y le basta rezar.

Su rollo es: "No estoy listo

para poner mi reino en este mundo".

Sus ovejas son pías

mas no logran saltar la alambrada del miedo.

... Sin embargo recuerda con coraje los primeros siglos

cuando el imperialismo romano iba en retirada

y el Cristo de la Historia

implantaba su cruz de beso en beso sin traicionar

al hijo del hombre obrero.

Es decir cuando comía con los pobres del mundo

y primero los ponía en unión

y después los ponía en libertad".

III. El tercero es el Dios de Farabundo:

"Se dice a sí mismo hijo del pobre:

del carpintero y de la lavandera;

y lo de los pesebres lo toma en serio

sobre todo al fragor de la montaña.

No le gusta el Te Deum

y habla, a sotto voce, el idioma

de los pobres más tales por cuales,

la mara, la brosa, la plebe,

pero con puños,

pero con piedras,

pero con ráfagas.

Así son en sus campos

los frutos de la ira.

El Dios del Farabundo Martí

no tiene nombre bíblico ni templos de lujo:

igual puede llamarse Che-Jesucristo,

San Carlos Marx o Padrecito Lenin.

Su consigna es: Toma tu fusil y sígueme.

Sus ovejas

(en realidad, los nietos del jaguar)

dejaron de ser mansas ovejas.

Espera ser el príncipe de la paz

cuando termine de hacer la guerra".

IV. El cuarto es un Dios menos famoso, el Dios Romero:

"Este Dios es manso como un cordero

y astuto como una serpiente:

de la derecha se sacó la Teología

y de la izquierda la Liberación.

Un su pastor llamado Monseñor Romero,

de nombre Oscar Arnulfo,

murió acribillado a la hora del cáliz

por los agentes del Dios número 1.

Y otros pastores más,

Rutilio, los Ignacios, Ramón,

Joaquín, Segundo, Amado,

ofrecieron el vino de su sangre

al reino de este mundo.

Sus ovejas cantan a pleno sol.

Y el mal espantan.

Igual pueden andar en busca de camisa

para los pobres

que desnudar de su etiqueta al rico;

ir de samaritanos junto a los exiliados

o arrojar a los banqueros del templo.

Su teología es:

Liberaos los unos a los otros.

Su solo mandamiento es: ¡Amarás!

(Y después se averigüa si era al mero Dios

o era al prójimo).

Este Dios, a veces,

al descuido del número 2,

sube al púlpito y dice: "Les ordeno:

Cese la represión".

Entonces los ministros del Dios número 1

claman: ¡Ha blasfemado, ha blasfemado!

Y sin más ni más lo crucifican

con una bala del tamaño de un Corazón de Jesús,

pero de verdad, no de estampa.

Por lo cual este Dios más bien trabaja oculto

desde el corazón más tatú de la liberación.

Y cuando ataca,

a plena luz del día,

sus palabras de amor

hacen temblar la tierra prometida".



2 comentarios:

  1. El bon amic Pere Riera, ens escriu des de Bones Aires: "He vist el teu blog , felicitats per aquest homenatge al Sant Romero, em serveix per pregar i sentir amb el seu lema eclesial, a pesar de tot, malgrat a estones un no sap si hi ha església de Jesús. Una abraçada amic PERE"

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  2. ESPECTACULAR!!! ARNULFO ROMERO UN VERDADERO SEGUIDOR DE JESÚS UN PROFETA DE DIOS.
    ROMERO VIVE EN CADA EMPOBRECIDO, EN CADA SER HUMANO QUE BUSCA Y AMA AL REINO DE DIOS.
    LA JERARQUÍA ECLESIÁSTICA DEBERÍA DESPRENDERSE DE TANTO SINISMO, DE BUSCAR AL VERDADERO DIOS Y CONTINUAR SU OBRA. COMO LO HIZO SAN ROMERO, SAN ANGELELLI, SAN RUTILIO Y TANTOS OTROS QUE REGARON CON SU SANGRE EL CAMINO DEL EVANGELIO.

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